1. HASTA LA CIMA - SEGUNDA PARTE


    Fecha: 25/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... sido suficiente.
    
    —Me parece excelente —respondí.
    
    —Entonces, Regina... ¿Venezuela? —apremió Massimo.
    
    Pude apreciar que el alcohol que le coloreaba las mejillas iba disipándose paulatinamente. Cada segundo que pasaba Massimo me escuchaba con más claridad. Cada segundo que pasaba era un segundo más cerca de tratar con el Massimo sobrio que había conocido una sola vez. ¿Massimo volvería a hacer el mismo tipo amargado que me había gritado en aquella habitación una vez se le hubiese pasado el alcohol?
    
    Seguí hablando sobre la situación de mi país que, de alguna forma, se había convertido en un elemento clave a la hora de definirme. Mencioné la universidad, recordando que Marta me había contado que Wechsler construía su propio sistema educacional con la esperanza de que pudiesen considerarme. Y, por último, hablé de mi madre.
    
    —¿Y tú padre? —me preguntó Massimo mientras Gabriel ordenaba para mí cabrito con calabaza, avellana y ajo negro.
    
    La pregunta de Massimo se convirtió en una mano alargada que me tomó por la garganta y me cortó la respiración. Sentí un pinchazo en la nuca, como cuando recuerdas que has olvidado algo importante. Como lo que sientes de niño a media noche al recordar el material que te pidieron para el día siguiente, como si por olvidarlo la vida se redujera a solo eso, a ese simple error que deforma la realidad.
    
    —Preferiría no hablar de ello —respondí con la garganta seca.
    
    —Nuestra filosofía en Wechsler está basada en la lealtad, Regina ...
    ... —respondió sin dubitar—. Y la lealtad se traduce en confianza. Si no puedes confiar en nosotros, lamentablemente nosotros no podemos confiar en ti.
    
    Gabriel permaneció callado mirando a su compañero, imperturbable.
    
    —Mi padre murió —respondí sin pensármelo mucho—. Hace dos años. Esta es la primera vez que lo digo en voz alta.
    
    —¿Qué fue lo que sucedió? —siguió preguntando Massimo sin inmutarse.
    
    —Massimo... —pronunció Gabriel con cautela.
    
    —Tenía un desorden genético llamado CIP; es la insensibilidad congénita al dolor —me escuché decir en tercera persona—. La insensibilidad al dolor le impidió percatarse de las pequeñas señales que la proximidad de un infarto va dejando como pequeñas migas de pan en el medio de un bosque. Simplemente... no sintió el dolor y cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo era ya demasiado tarde.
    
    Los dos hombres en la mesa dejaron de comer y me miraron en silencio, un silencio que se sentía como el luto que envolvió el entierro de mi padre. Me sentí incomoda por un momento, igual que cuando tuve que dar un paso al frente y hablar sobre lo que mi padre había sido como persona. ¿Qué decir cuando el dolor es tanto que no puedes sentirlo?
    
    El dolor se había convertido en un fantasma de color azul.
    
    Había existido y había permanecido. Conservaba un espectro dentro de la gama de colores, un nombre y la forma de un amor, sin embargo, aunque sabía que ahí estaba y que mi piel convivía con el viento que lo envolvía no era capaz de ...
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