1. La denuncia de Elena


    Fecha: 29/03/2022, Categorías: No Consentido Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... enterarse. Es el fin de mi matrimonio. ¿Y mis hijos?...
    
    Se le volvió a preguntar. Esta vez si se podría considerar aquello como una relación que se fuera a prolongar en el tiempo. A lo que el hombre declaró que:
    
    -Para nada. De hecho, ella si quería, decía que no estaba bien con su marido, que se aburría.
    
    Pero yo no quería. Me vi atrapado y decidí cortar. Por eso ayer nos escribimos tantos whatsapp. Ella quería que nos viésemos aquella noche que ella tenía cena de trabajo y podría estar muchas horas fuera de casa. Yo le dije que no, que aquello tenía que acabarse. Y se enfadó. Desde las 7:30 no volvimos a escribirnos… Por favor que no se entere mi familia de esto… -El hombre volvió a llorar…
    
    En casa. Después de un baño y una vez su hijo se quedó dormido. Se metió en la cama junto a su marido quien la abrazó con cariño:
    
    -¿Por qué me dijiste que Fuly no iba a la cena?...
    
    Elena no contestó.
    
    -Me enviaste una fotografía en la que aparece ella…
    
    Elena contuvo la respiración pero, de nuevo, no contestó.
    
    -Me dijiste que te habías contrariado porque ella no iba pero no era cierto, ¿con quién hablabas? ¿Y por qué te enfadaste?
    
    Elena no contestó. Su respiración era relajada y parecía dormida. Pedro no volvería a insistir. Pero sus sospechas tomaban cuerpo.
    
    En una primera inspección ocular al lugar de los hechos, la policía no logró encontrar ningún tipo de elemento que sirviese para maniatar a la víctima. Sobre un sofá sí se encontraron fluidos ...
    ... corporales de tres personas. Semen, sudor, flujo vaginal, vello púbico… Pero por ningún lado algún tipo de lazo, cuerda o prenda que sirviese para maniatar a Elena.
    
    El lunes a las 8 de la mañana la mujer fue llevada a una clínica donde se le volvió a realizar un exhaustivo reconocimiento. El informe reflejaba que no existían las heridas propias de una penetración forzosa. Ni siquiera el pequeño desgarro anal, perfectamente explicable con cualquier penetración consentida o no. Las mordeduras bien podrían ser productos del momento del clímax o de una verdadera agresión aunque la ausencia de otras de mayor daño descartaba ese hecho. Tampoco aparecían marcas en las muñecas que demostrasen que en algún momento hubiese estado atada.
    
    Con todo lo recogido hasta ese momento, la policía se hizo una versión más o menos fiable de lo sucedido. Todo apuntaba en contra de la mujer. En el juicio rápido, el juez declaró inocentes a los dos acusados por falta de pruebas concluyentes en su contra. Elena se derrumbó y comenzó a llorar. Abrazada por su marido abandonó el Juzgado. Antes de llegar a casa, Pedro aparcó y miró a su mujer. Elena, tras 10 minutos de llanto desconsolado comenzó su versión:
    
    Tras salir del bar, el trío se marchó en dirección al piso de los dos chicos. Por el camino, las risas y los chistes con doble sentido eran la banda sonora al inicio de una noche grande, pensaba Elena.
    
    Sentada en un sofá, entre los dos hombres, la mujer bebía una copa mientras ellos contaban ...
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