Vanessa
Fecha: 29/03/2022,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Recuerdo que faltaba un tiempo aún para mudarnos a New York, que junto con Mireia y Judith preparamos una noche de chicas. Mireia, sin decirnos nada, se lo contó a Vanessa, que se apuntó rapidamente. Como sabeis vive en Paris, y aunque ya no, estuvo viviendo mucho tiempo con Susana, la ex de Karlo.
Es evidente, que Susana, sabiendo que Karlo tenía una relación seria con otra chica no quiso saber nada del tema, pero la jovencita se apuntó rapidamente.
Fuimos a buscarla al aeropuerto Karlo y yo, un jueves al atardecer. Cuando la vi salir por la puerta de la terminal de llegadas, me enamoré de ella. Tardé tres segundos en entender lo que le pasaba a mi marido con esa joven chica.
A parte de ser increiblemente bonita, con su melena negra, larga, una cara super atractiva, y una boca mas bien grande (su sonrisa me recuerda a Julia Roberts). Piernas super largas, culito duro. Pecho de tamaño perfecto (a mi gusto. A mi marido le gustan mucho más los mios, pues son bastante más grandes).
Es una chica toda ella sensualidad. Cuando camina, mueve las caderas y el cuerpo con una provoación, y una naturalidad difícil de explicar.
Recuero que en aeropuerto, la gente giraba la cabeza al verla pasar, y no solo los homres.
Al vernos, le dio un largo abrazo a mi marido, mientras yo sin saber donde mirar, hacía esfuerzos para no poner cara de envidiosa. Lo bueno del caso, es que me estuvo abrazando más rato a mi.
-no sabes bien las ganas que tenia de conocerte, tu marido me ...
... habla maravillas de ti. Tienes que ser una gran chica para aguantarlo.
Justo en ese momento nuestras caras se separaron, y me dedicó una gran sonrisa, que con esa dentadura perfecta, y esos ojos negros, casi se me caen las braguitas.
Nos fuimos los tres para casa (entonces, vivíamos en el piso de Karlo, en la zona alta de Barcelona).
Una vez allí, Vanessa se instaló, y se dio una ducha. Nosotros la esperábamos para salir a cenar.
Salímos los tres, y una vez en el restaurante vino Mireia.
Cenamos los cuatro, de manera informal, eso si, vevíendo un par de botellas de buen vino.
Vanessa, como ya sabreis trabaja de product manajer en una empresa de juguetes eróticos. Incluso tiene una muñeca-maniquí de estas que parecen reales, de la que sacaron el molde de su culo al diseñarla.
Nos tomamos unas copas, al lado del Don Pepito, y al acabar, Mireia se fue para su casa.
Paramos un Taxi, y nos fuimos a nuestra casa. Una vez allí, nos pusímos ropa cómoda. Bueno, Karlo se puso un pantalón corto y una camiseta, yo una camiseta suya, y Vanessa nos apareció con una bata larga, de color negro, completamente transparente. La muy golfa se pintó los labios de color rojo, estaba impresionante.
Me considero una chica satisfecha y orgullosa de mi cuerpo. Se que tengo un cuerpo bonito, porque me cuido, y me lo dicen muy a menudo. Pero Vanessa juega en otra liga, ella acompaña un cuerpo casi perfecto con una sensualidad cautivadora. Nunca he sentido una atracción física ...