1. Vanessa


    Fecha: 29/03/2022, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... salimos de la ducha, mi marido ya estaba con el traje puesto, y la chica del servicio ya nos había preparado el desayuno.
    
    Nos fuimos los tres cada uno a lo suyo. Karlo a su despacho, yo al mio (justo en piso de al lado) y Vanessa fue a ver a sus padres.
    
    Al llegar a mi despacho, vino Mireia rapidamente.
    
    -Nos tomamos un café?-me preguntó la compañera de mi marido.
    
    Bajámos a la cafeteria de Conchi, y la puse al día. Mireia coincidía conmigo, Vanessa era una de las personas más sexuales que había conocido.
    
    -y no la has visto con varios chicos-me explicaba-es una pasada. Tiene un “savoir-faire” brutal.
    
    A Mireia se le iluminaban los ojos hablándo de la morenaza. Y después de la noche que había tenido yo, a mi también.
    
    -te has acostado con ella muchas veces??-le pregunté.
    
    -bueno, creo que bastantes si, aunque solas, solo una vez, y estuvimos horas.
    
    Igual que yo la noche anterior.
    
    -la Susana de los cojones se lo debe pasar en grande-dije pensando en voz alta.
    
    -bueno, a Susana le va mucho la variedad....pero sus momentos habran tenido, seguro...
    
    Es divertido, porqué en esa cafeteria, nos sentimos super observadas. Conchi nos observa....lo presiento....
    
    Al llegar al despacho, Karlo salía por la puerta, ya que tenía una visita no recuerdo donde.
    
    Yo esperaba unas chicas más tarde, y no tenía mucho trabajo, revisar los perfiles de mis clientas y clientes, y poca cosa más.
    
    -te bienes a mi despacho un momento?-me preguntó Mireia.
    
    Ella sentía ...
    ... lo mismo que yo, una calentura interna fuera de toda duda, al estar tanto rato hablando de Vanessa.
    
    Entré en su despacho, y sin decirle nada, me bajé los vaqueros y los dejé encima de la mesa para visitas. Mireia me esperaba al otro lado de la mesa, con la falda subida hasta la cintura, y las piernas completamente abiertas.
    
    Le aparté el tanga a un lado, y empecé a lamer su precioso y delicado coñito, para notar, poquito a poco como se iba humedeciendo.
    
    Una vez Mireia tuvo su orgasmo, la besé, y me senté encima de su mesa, ya sin braguitas. Mireia sacó un consolador del cajón, y me masturbo de lo lindo, usando su lengua y el dildo. Mi excitación era tal, que no tardé mucho en correrme yo tambíen.
    
    Después de comer, decidí bajar al despacho (en aquellos tiempos trabajaba desde casa por las tardes). Bajé con mi coche, y me llevé un cabreo de mil demonios al ver el coche de Roger en mi plaza del despacho. Es en pleno centro, y aparcar en la calle es poco menos que imposible.
    
    Lo bueno, es que mientras iba andando por la calle, hacía el despacho, me encontré con Vanessa, que ni corta ni perezosa, en medio de la calle, me plantó un señor beso en la boca. Sentí vergüenza unos segundos, y después me la hubiese comido allí en medio de Paseo de Grácia.
    
    -Karlo está reunido con Roger-le dije.
    
    -reunidos? estarán follando-me dijo ella, plenamente convenzida-ese capullo siempre que tiene ganas de sexo viene a ver a Karlo.
    
    La verdad, es que yo pensaba lo mismo.
    
    En ...
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