1. Amante número uno


    Fecha: 01/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a durar muy poco ya.
    
    - No vayas a correrte en mi boca, ya sabes que eso no me gusta.
    
    - No lo haré hasta que un día desees que me corra dentro de ella y lo pidas, aunque ese día además de tu boca también llenaré tu cara.
    
    - Que guarro eres, lo peor es que escucharte esas cosas me ponen muy perra.
    
    - Eres tu la fría, así que mientras no me frenes mi imaginación no para de pensar en hacerte todo lo que creo que puede darte el mayor de los placeres.
    
    - Pues venga, fóllame ya que estoy deseando que llenes mi culo.
    
    Dicho y eso, la cogí del brazo, la llevé a mi cama, le puse el culo en pompa y comencé a rozar la punta de mi erecto pene apunto de explotar por su ojete. Ella no paraba de tocarse el coño pero en cuanto sintió que le entraba, comenzó a meterse dos dedos en su vagina, los cuales notaba entre la fina capa de piel que separaba mi polla de estos.
    
    - Cabrona, te falta otra polla para la boca y tienes todos los agujeros tapados.
    
    - Ya quisiera yo tener otra dentro de mi boca ahora mismo.
    
    - Bueno tu imaginatelo de momento y si algún día quieres cumplir esa fantasía, haré por hacertela cumplir.
    
    - Juanma, como sigas diciéndome esas cosas ...
    ... voy a tener que borrar tu número para no estar enganchada al sexo y a las fantasias.
    
    - Oye, voy a correrme, hazlo conmigo que quiero sentir tus contracciones en mi polla.
    
    - Vale, pero antes dejame decirte que voy hacer lo imposible por pasar esta noche aquí para poder repetir una vez más hoy mismo.
    
    - Me corrooooo.
    
    - Y yooo.
    
    Mis dos primeros chorreones calleron dentro de su culo, pero después, saqué mi polla de su culo y le lancé otros cuantos en ese culo tan deseado por mis manos y en la parte de abajo de su espalda. Ella gemía mientras terminaba de correrse hasta poco a poco ir aflojándose y terminar exausta boca abajo con toda mi leche saliendo de su culo y bajando por su rajita hasta terminar cayendo en la sábana. Subí a su cuello, lo besé y terminé dándole un beso en la boca más cercano al amor que al sexo salvaje que acabamos de practicar.
    
    En menos de cinco minustos mi compañera estaba dormida, pero en una hora salía por la puerta de mi habiación camino a su realidad y dejando mi cama con un olor que todavía no he olvidado. Desde ese día hemos hablado muchas veces y hemos recordado esa tarde, aunque un nuevo encuentro sigue sin concretarse. 
«12345»