1. Una noche de copas


    Fecha: 02/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El plan para la noche no era malo en absoluto. Quedar con tres amigos de la infancia a tomar unas cervezas, cenar algo y, si había ánimo para continuar la noche, beberse alguna copa en cualquiera de los pub de la zona por donde íbamos a estar.
    
    Yo no solía salir mucho con mis viejos amigos de toda la vida. A mis cuarenta y ocho años yo era el único divorciado del grupo por lo que quedar con ellos era difícil porque siempre había alguno que no podía por alguna circunstancia personal. Todos ellos estaban felizmente casados al menos de cara al exterior. Yo siempre fui la oveja negra del grupo. El más precoz, para todo, para casarme, para tener hijos, y desde hacía tres años, para divorciarme.
    
    Después de varios años de novios, quince años de casado y dos hijos casi adolescentes, me divorcié como lo hacen la mayoría de los españoles que pasan por este trance, con mucha disputa absurda, mucho rencor y muchas cuentas personales pendientes. Pero lo cierto es que yo ya tenía el divorcio superado y me encontraba en un buen momento personal.
    
    Tras encontrarme con los amigos lo primero que hicimos fue entrar en un bar a tomar varias rondas de cervezas, y continuación cenamos de tapas en un bar próximo. Como es lógico, la gran parte de la conversación de la noche se centró en mi situación personal. La conclusión era clara para mis amigos, mi ex no me merecía, nunca me debería haber casado con ella y una parte la culpa era mía por ser un marido poco pendiente de su mujer. El ...
    ... hablar siempre de mi situación personal a mí me aburriría y para mis adentros pensaba que cuántos de ellos tendrían un matrimonio igual o peor de lo que había sido el mío y cuáles de ellos estarían divorciados en los próximos años.
    
    Cuando terminamos de cenar acordamos ir a un pub cercano, a tomar una copa, donde la música que ponían era siempre española de ochenta y noventa. Para allá que nos fuimos.
    
    Al entrar en el local este estaba repleto de gente con una media de edad parecida a la nuestra, unos pocos treintañeros, muchos cuarentones y algunos cincuentones. Lo que si me sorprendió fue ver que muchos de los grupos estaban formados o bien por hombres solos o bien por mujeres solas, lo cual indicaba con claridad que era un local donde las personas iban a tratar de ligar unos con otros. Tras pedir en la barra nos situamos, como no podía ser de otra manera, pegados a un grupo de seis o siete mujeres que deberían estar todas en los cuarenta y tantos. En el grupo había de todo, guapas, feas, femeninas, marimachos, creídas, sosas, bailonas, etc… Estaban, en tan pocas mujeres, todos los estereotipos que te puedas imaginar.
    
    Nada más ponernos cerca del grupo de mujeres me percaté que ellas también se fijaban en nosotros ya que empezaban a cruzar miradas entre ellas mirándonos y a hablar con alguna que otra risa.
    
    Rápidamente me fijé que una de ellas destacaba, para mí sobre el resto. No la más guapa pero, sin duda, era mi prototipo de mujer en el momento que me encontraba. ...
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