-
Una noche de copas
Fecha: 02/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... manera que sentía el calor que emanaba. Yo pensaba la manera de preguntarlo sin estropear la noche cuando ella acercó su rostro al mío y yo pensando que me iba a decir algo acerqué el mío relajado y, para sorpresa mía, me volvió a besar. Este beso fue más largo. Al principio solo juntamos los labios pero, espontáneamente, ambos los separamos para juntar nuestras lenguas y dejarlas jugar en nuestras bocas. Cuando nos separamos no dude en hacer la pregunta que tenía en la cabeza desde hacía un rato. - ¿Quieres que vayamos a algún otro lado a tomar algo? – La pregunté alzando la voz – Algún sitio donde podamos hablar sin tener que gritar. - Lo mismo te iba a proponer yo. – Me dijo Elsa – Mejor nos vamos. La agarré, nuevamente, de la mano y logré pasar entre toda la gente qua había hasta llegar a la puerta con mucha dificultad. Cuando salimos fuera del local nos sorprendió el silencio que había en comparación al pub de donde salíamos. - Que gusto. Ya empezaba a estar un poco agobiada de estar ahí dentro. – Dijo Ahora si la pude ver bien a la luz de las farolas que alumbraban la noche. Era más guapa de lo que me había parecido cuando la vi. Tenía un aspecto elegante y sensual. Sus pechos no eran ni pequeños ni grandes pero me costaba trabajo evitar mirarlos. - ¿Dónde quieres ir? – Pregunté. - La verdad es que no conozco nada por esta zona – Me contestó – ¡Sorpréndeme! - Yo he venido en taxi para poder beber con tranquilidad y tampoco me suelo mover por ...
... este barrio. – Y añadí con sutileza – En mi barrio si conozco locales, más tranquilos, que estarán abiertos todavía… -Pufff… que pereza ir ahora a otro pub. Yo la verdad es que no tengo ganas de seguir bebiendo. Ya he bebido demasiado esta noche. – Dijo. Lo único que pensé es que me había precipitado con el ofrecimiento y me había cargado el plan de la noche. Seguro que ahora me ponía una excusa para marcharse a su casa. Otra vez que los planes se estropeaban por abrir la boca a destiempo. - ¿Te apetece venir a mi casa y si quieres te invito a que te tomes una copa? - Me preguntó de repente sin mirarme mientras andábamos por la calle cogidos de la mano. Yo me quedé de piedra al oír el ofrecimiento. Intente disimular pero mi corazón empezó a bombear sangre a doscientas pulsaciones por minuto y mi polla se empezó a empalmar al instante. - Pues yo tomaría otra, la verdad. Pero ya más tranquilos. – Contesté. - Entonces busquemos un taxi. No sé si será fácil encontrar uno a esta hora – Añadió Elsa. Empalmado como un toro bravo paré un taxi y ella le dijo la dirección de su casa. Estábamos relativamente cerca para ser una gran ciudad. Al principio del trayecto apenas si hablamos pero de repente y mientras hablábamos de cualquier tema, instintivamente, puse mi mano sobre su rodilla más próxima. A ella no pareció importarle porque acercó su pierna a la mía separando ligeramente las suyas. Yo no podía dejar de mirar sus muslos tapados hasta la mitad por la falda de ...