Una noche de copas
Fecha: 02/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vuelo. Cuando llegamos al portal de su casa, el vehículo se detuvo y yo pagué mientras ella descendía.
Subimos en ascensor hasta un quinto piso casi sin hablar aunque yo era consciente de lo que iba a pasar a continuación. Llegamos a su puerta y Elsa la abrió tratando de hacer el menor ruido posible y una vez dentro me cogió de la mano, tiró de mí y me llevó directamente al salón. Este era mediano, decorado de la forma habitual, con buen gusto y acogedor.
Me pidió que la espera sentado porque iba a ir al baño un momento. Yo preferí deambular por la estancia mientras la esperaba. Sobre una estantería pude ver varias fotos de Elsa con familiares y en varias de estas fotos estaba ella junto con una niña de unos diez años. Era madre y seguramente divorciada como yo.
Cuando volvió y frente al sofá, la cogí de la cintura, la acerqué a mí y la besé. Nos introdujimos ambos nuestras lenguas en nuestras bocas sin prisa, saboreándonos con detenimiento mientras permanecíamos abrazados.
Ella empezó a recorrer con sus manos mi espalda y yo la imité durante un largo minuto pero después, llevé una de mis manos bajo su blusa para recorrer su cintura. Su piel era extremadamente suave y cálida lo cual me llevaba a estar en un estado de excitación máximo.
Subí mi mano por su espalda y pasé la mano por encima de la parte de atrás del sujetador que era suave al tacto. Bajé la otra mano y, con prudencia, la empecé a pasar por la parte superior de sus nalgas y al ver que Elsa no ...
... ponía ninguna objeción continué pasando mi mano, pero esta vez bajando más, sobre su culo.
Ella introdujo, también, las manos bajo mi camisa y empezó a recorrer mi espalda con sus manos mientras me abrazaba y al hacerlo me acariciaba, intencionadamente, con las uñas, únicamente, lo cual me estaba excitando sobre manera.
Baje ambas manos por los lados de su culo, y cuando este se acabó continué inclinándome levemente, lentamente, por las piernas, sobre su falda de vuelo. Cuando noté que prenda se acababa llevé mis manos a sus muslos y pude notarlos calientes y tersos bajo las medias. Ahora ascendí por los muslos dejando que la falda cubriera mis manos y enseguida llegué a la cinta bordada y elástica que sujetaba las medias a sus piernas.
Ella separó ligeramente sus muslos, variando la posición de los pies, para facilitarme la exploración con mis dedos y lo hizo sin ningún pudor y al tiempo ella llevaba sus manos a mi cinturón y comenzaba a soltarlo. Esto era toda una declaración de intenciones por lo que decidí que tenía vía libre.
Seguí subiendo mis manos por sus muslos, tocando por primera vez su piel al dejar el final de las medias atrás, y estos eran extremadamente suaves al tacto y, cuando continúe ascendiendo, llegué al comienzo de sus glúteos que me parecieron muy firmes. En ellos me detuve en pasar mis dedos con dulzura y parsimonia para luego seguir subiendo. Y al hacerlo alcancé el extremo inferior de una braguitas con encaje que le cubrían una pequeña ...