1. Corazón seguro con uno, y deseo desbordado con otro


    Fecha: 03/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocando la espalda, indicaba que estaba muerto, pero no debía darme por enterado.
    
    - “Querida, conviene que te vistas para no darle un espectáculo a la policía”.
    
    Luego la tomé de los pelos en la unión con el cuello y la hice ir recorriendo con la vista cada parte del cuerpo del fenecido amante, mientras le detallaba verbalmente que daño mostraba. Que esas imágenes quedaran bien grabadas en su cabeza era una parte importante de mi venganza.
    
    Como era de esperar, me detuvieron y estuve preso una semana, hasta lograr la excarcelación por la carátula de homicidio culposo, en contexto de emoción violenta. No era mi intención matarlo, la patada estaba dirigida al abdomen, pero él al doblarse hizo que le diera en la cara.
    
    Mi tarea, al regresar a casa, fue tratar de convencer a mi mujer que no había dejado de amarla, que con tiempo y paciencia podríamos reconstruir la relación. Naturalmente recomponer nuestra intimidad sería todo un desafío, debido a los traumáticos sucesos recientes.
    
    En ese tiempo su actividad laboral fue restringida a aquello que podía realizar en el hogar.
    
    Poco a poco fuimos acortando las distancias, con abrazos y caricias de más en más sugerentes, avanzando sobre las partes más erotizantes, hasta que una noche, pasando un dedo sobre la hendidura entre los labios bulbares, encontré flujo. Me apliqué a esa tarea metódica y pacientemente logrando que alcanzara el orgasmo sin penetración. Obviamente evité besarla como quien huye del diablo.
    
    Al ...
    ... ser mi intención disminuir al máximo cualquier prevención, dejé pasar dos días para un nuevo intento de intimar. Esta vez su entrega fue inmediata y con poco tiempo de caricias la lubricación, producida por su conchita, se deslizaba tranquilamente hasta el ano. Cuando su mano logró mi erección, la di vuelta a la misma posición en había tenido a su amante encaramado, hasta que los interrumpí. Ya penetrada, mis manos trabajaron en pechos y clítoris para llevarla al borde de la corrida, y ahí me detuve. El ensayo previo me permitió una buena actuación cuando descabalgué, tirándome a un costado y, ante su cara de sorpresa, lamentarme dolorosamente.
    
    - “¡No es posible que me pase esto! Estoy por soltarte mi corrida cuando me viene la imagen de la carpa con tu galán mostrando la mandíbula desencajada y sangrante, por el impacto de mi pie en su boca”.
    
    La lividez de su cara me indicó haber logrado el efecto pretendido. El proceso de paulatino desquiciamiento había tenido buen comienzo.
    
    El próximo paso era vengarme de las socias, que se habían prestado a cubrirla en el engaño, y se lo festejaban como si fuera una hazaña. Y el instrumento lo tenía en mi escritorio, en la carpeta donde constaba todo lo necesario para producir el perfume al borde de venderse, quien era la compradora y el precio estimado a negociar. Lo llamé a don Estanislao pidiéndole audiencia.
    
    Sin ningún tipo de reserva le conté mi problema y la solución pensada. Le pareció bien hacerles perder la venta y ...
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