1. Mis dos familias - 02 de 10


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... nalgas haciendo que tuviera continuos estremecimientos.
    
    -Méteme la verga Don, ya la necesito dentro.
    
    -Espera tengo que dilatarte más. -metió los dedos sin resistencia, yo sabía que estaba preparado para recibir su polla por gorda y larga que fuera, lo sentía por las pulsaciones ansiosas de mi culo esperando que lo ocupara con algo más consiste que su lengua.
    
    -¡Que rico tienes el culito pequeño! Desde siempre lo he querido y ahora, otra vez vas a ser mío. Voy a ponerme un condón. -la palabra me hizo daño, lo quería en vivo y al natural para sentirle todo lo posible.
    
    -No, por favor, no te lo forres. -no atendió mi ruego y abrió el cajón de la mesita, pero para sacar un frasco de crema que cogió con los dedos índice y corazón.
    
    -No quiero desgarrarte, esto te abrirá lo suficiente. -lo fue aplicando con la punta de los dedos frotando en la entrada del ano y dentro del recto, sentía como se abría ansioso queriendo que algo me penetrara.
    
    Me colocó arrodillado y él entre mis piernas, deseaba follarme de perrito y me dispuse a colaborar para que fuera preciso, abrí las piernas y las dejé flojas para que él las guiara a la altura de su polla. Entró el gordo glande y el resto resbalo invadiéndome todo el recto, el placer fue tan grande que puse los ojos en blanco y respiré agitado, ya sudoroso y temblando.
    
    A partir de ese momento yo resultaba su hembra e hizo lo que deseaba.
    
    -Te voy a domar pequeño, vas a hacer lo que yo quiera por última vez. A los chicos ...
    ... perversos como tu los se controlar. -no podía contenerme del placer que sus profundas estocadas me producían y lloraba gimiendo en un monocorde sonido.
    
    -Más, más, más, haré todo lo que quieras pero fóllame, mátame de placer.
    
    -¿Te gusta peque? ¿Me sientes?
    
    -Sí, sí, Don, lo haces muy rico amor, no seas complaciente, trátame como a un puto. Yo soy tu puto. -notaba como mis palabras lo excitaban haciendo que su verga se volviera más dura y larga.
    
    Cuando se cansó de darme verga por detrás, arrodillado o cabalgándome de pie, flexionando las rodillas y tirándome del pelo, montándome como si fuera una yegua, me dio la vuelta sin sacarla de mi culo para colocarme con las piernas en los hombros.
    
    Me gustaba porque a la vez de follarme el culo me besaba y veía la lujuria asomada a sus ojos. Esa loca lujuria que yo conseguía generar en él, y que aunque no lo quería reconocer, ni mi madre lo lograba a pesar de su sensual hermosura.
    
    Después me follaba de costado para descansar, mientras aprovechaba para girar la cabeza y abrazado a su cuello exigirle la boca y sus besos.
    
    Eran minutos que se volvían segundos de enorme placer que no debían terminar nunca, hasta que comencé a sentir una sensación de gusto exquisito en el culo que irradiaba hasta mi pene engordando como nunca lo había visto.
    
    En ese momento podía sentirme orgulloso de mi verga temblorosa al aire, notando como sin tocarme el orgasmo me venía irrefrenable.
    
    Sujeté mi pene para aliviarle de los temblores que lo ...
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