Hechos durante la represión
Fecha: 07/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos
... resonó una voz en la puerta llamándolo a Héctor. Nos asustamos y se interrumpió el coito. Héctor se puso de pie y se la bajó la pija, mientras se arrimó a la puerta que se abrió para él:
-Póngase la bata y sígame-, dijo la voz. La puerta se cerró tras ellos.
La soledad me hizo tomar conciencia del torbellino de sexo que había vivido ¿Qué le diría a mi marido cuando lo viera? ¿Cómo explicar la situación? ¿Por qué no me había negado? Los interrogantes y mi conciencia me remordían y me llenaban de angustia que no me abandonó durante un rato largo, hasta que volvió a sonar la puerta y me sacó de mis pensamientos.
Se repitió la historia, pero esta vez entró Jorge. Igual de desnudo que Héctor y ostentando una erección impresionante. Lo miré entre horrorizada y atemorizada, porque además de advertir su desnudez y comprender la situación, vi en su mirada una hostilidad y un rencor que a veces había creído advertir en su comportamiento.
Jorge vino a mi y me tomó de los pelos para ponerme de pie. Yo me paré cruzando los brazos sobre el pecho y mirando al suelo, amedrentada, no sin sentir la imponencia de su persona y su actitud. Me tomó de la barbilla y levantó violentamente mi cara, y me preguntó:
-¿Quién estuvo aquí? -Temblando le respondí:- Héctor.
-¡Ah! Exclamó. ¿Y te cogió bien cogida? -.Era un modo brutal de preguntar, que evidenciaba su voluntad de humillarme. Yo asentí con la cabeza, avergonzada.– Yo estuve con Marcia… ¡Cómo le gusta la pija! No se cansó de ...
... chupármela y de ofrecerme su culito. Hemos cogido tanto que no se puede creer-. Me dijo como quien quiere ser ofensivo. De pronto se calló, como que había advertido algo, y reflexionó en voz alta:
-Vos estuviste con Héctor y yo con Marcia. Quiere decir que Rocío quedó en manos de Marcial…- La mención de su mujer y el hecho de que estuviera en manos de mi marido, lo ponía loco y furioso.
Se veía que lo había pensado antes y ahora lo verbalizaba, para expresar rabioso:
-Siempre le gustó Roció; lo que habrá hecho con ella.- Furioso, me empujó en la cama, y siguió: -¿Y vos? Siempre remilgada y altanera. La señorita que no da bola. La superior. Te quiero ver ahora- Me asustó su tono y su actitud, más cuando casi gritándome me dijo:
-¡Chupame la pija, mosquita muerta!
No sé si su tono, la hermosura de su pija, o su autoridad, pero gustosa la busqué para chupársela con deleite. Fue la primera vez que mamé una pija, bien mamada.
-Así, bien, como Marcia. Te voy a llenar la boca de leche y la vas a tragar. Dale, dale-, decía excitado.
Yo no era una gran chupadora de pijas: a mi marido se la chupaba un poquito y nada más. Nunca había tragado semen, ni se habían volcado en mi boca. Héctor tampoco lo había hecho, nos habíamos limitado a coger por vía natural, incansablemente, pero sin necesidad de otro recurso. Mientras se movía en mi boca, como si estuviera cogiendo, me tomaba del pelo y hablaba:
-Rocío no la chupa, no, le da asco ¿Crees que se la habrá chupado a tu ...