1. Tormenta de verano


    Fecha: 08/04/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sorprendió al ver la misma cara de estupor que tenía el muchacho de supermercado en la cara del dependiente de la óptica al acercarse al mostrador, pero la expresión de este no mostraba inofensiva inocencia, en su ojos había algo mucho más oscuro. Con despreocupación, pese a que el ortometrista se la estaba comiendo con la vista desvergonzadamente, la chica deslizó por el cristal el billete y le indicó al optometrista cual era su número de pedido. Tras un segundo de espera, el dependiente le dio el pequeño paquete que contenía las lentes de contacto no sin antes de hacer un amago, como si no fuera a dárselas y mostrar una sonrisa de lo más descarada. Sara estaba perpleja, nunca la habían tratado de esa forma en un lugar tan formal como ese, pero el tiempo apremiaba, quería que llegar a casa cuanto antes y no tenía tiempo ni ganas para increpar la actitud poco decorosa al dependiente. Cogió sus bolsas de la compra con las dos manos y con el codo empujó la puerta del local para salir a la calle.
    
    En la calle, Sara caminó con la cabeza agachada, pero, a diferencia de antes, ahora no se protegía del sol si no del agua. Unos chicos con paraguas pasaron al lado de ella obligándola a apartarse hacía el borde de la acera mientras uno de ellos le silbó de manera osbcena y el otro expresó de manera muy explícita lo que le haría en una cama. Sara no cabía más en su desconcierto ante tanto atrevimiento, cuando de golpe, un coche pasó por su lado rápidamente tocando el claxon y pisando ...
    ... un charco que provocó que una ola la empapara de agua de pies a cabeza. Soltando un grito deseo hacer un gesto maleducado con los brazos pero con su compra colgando a ambos lados de su cuerpo le resultaba imposible y tubo que conformarse con insultar desde lejos. Con un suspiro, intentó sacar fuerzas y acelerar tanto como el peso de la compra le permitiera para llegar cuanto antes a su casa. Tras escucha un par de piropos salidos de tono y una expresión equivalente a “será puta” de una vieja, llegó al portal del bloque de apartamentos. Tubo la suerte que justo en la puerta había uno de los vecinos, que muy amablemente le sujetó la puerta para que ella pasara.
    
    -Gracias. - dijo Sara.
    
    -Las que tú me haces, moza. - respondió con descaro el vecino, sorprendiéndola ante tal atrevimiento. Era hombre tendría unos setenta y tantos.
    
    Mientras estuvieron esperando el ascensor, el viejo la miraba de arriba abajo con lujuria y sin vergüenza alguna mientras Sara sentía como la ira y la vergüenza invadían su mente. Pero lo extraño del tema es que sentía algo más de ira y vergüenza, y no lograba terminar de saber que era. Sin duda, lo que no era es excitación, eso estaba muy lejos. Se podría decir que era asco hasta que lo sintió de verdad. En el ascensor, el viejo se le acerco demasiado y sin pudor ninguno, le olió el pelo mientras decía: “Si además huele bien esta florecilla”. Sara le hubiera roto los dientes de un puñetazo si no fuera porqué tenía las bolsas de la compra colgando ...
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