1. Tormenta de verano


    Fecha: 08/04/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de los brazos y que el ascensor se detuvo en su piso.
    
    Salió esquivando al viejo verde, que volvía a intentar acercarse con peligrosas intenciones, y terminó de deshacerse de él pegando un portazo de una patada a la vez que soltaba un imporperio. Aliviada por haber acabado esa grotesca escena, se dirigió directa a la puerta de su casa, cuando por fin terminó de descubrir cual era ese sentimiento que la estaba atormentando desde que había entrado por el portal del bloque. Con cara de tonta se quedó mirando la cerradura... “¡Mierda! ¡¡Las llaves me las he dejado dentro!!” me maldijo a sí misma. Un minuto estuvo ensimismada antes de dejar la compra en el suelo y comenzar a buscar soluciones a su problema. Con decisión, dejó de lamentarse de su torpeza y abrió el paquete de lentillas para colocarse un par en los ojos, no sin dificultad, y poder ver por fin con claridad. Empezó a recordar lo que le habían dicho sus padres para solucionar problemas como ese... En el piso de arriba vivía una vecina que era amiga de sus padres y según recordaba, ésta guardaba una copia de la llave de su apartamento. Con un poco de suerte estaría en casa y le daría la llave de repuesto.
    
    Con un suspiro, hizo acopio de fuerza y comenzó a subir por la escalera al piso de arriba evitando volver a coger el ascensor donde podría volverse a encontrar con el viejo pervertido. Poquito a poco y con cuidado, evitando resbalarse por estar empapada, llegó por fin a la puerta de su vecina y pulsó tres veces ...
    ... el timbre, dos toques cortos y uno largo. Tras una leve espera se abrió la puerta. Una lengua de aire gélida la abrazo sin compasión, poniéndole la piel de gallina al instante y endureciendo sus pezones tanto que casi le resultaba doloroso. Tras sentir el escalofrío que le había producido el helado aire que escupía ese potente aire acondicionado y colocando un mechón de su pelo castaño por detrás de su oreja, se encontró con algo que ya casi le parecía como normal. Frente a ella se encontraba un chico de su edad, unos 20 años, que la miraba de arriba abajo con ojos como platos. Ya acostumbrada a esa mirada que le estaban dedicando el sexo contrario desde que salió del supermercado optó por fingir normalidad y preguntar al chico por la llame:
    
    -Perdona, soy la vecina de abajo y me he dejado las llaves en casa. Mis padres me dijeron que aquí guardáis una copia. ¿Podrías ser tan amable de dármela?
    
    -S...sí claro, pero ahora mismo no está mi madre que sabe dónde está, así pues pasa y espera mientras busco tu llave. - El chico se apartó a un lado dejando paso a Sara.
    
    Justo cuando el chico se apartó a un lado para dejar que pasase, fue cuando a Sara le fue relevado el motivo de tanta agitación con todo el que se cruzaba desde que saliera del supermercado. Frente a ella pudo ver su reflejo en un espejo desde primera vez que salió de casa. Ahora era ella la que tenía los ojos como platos y recorría de arriba a abajo con la mirada su propio cuerpo. Su vestido de fina tela blanca ...
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