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La directiva
Fecha: 08/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... tres tonos de teléfono una voz grave de hombre le atendió. La conversación fue breve. Pactaron 1.000 € toda la noche y ella le pidió que apareciese en traje negro indispensablemente. Fabio era un brasileño que llevaba afincado en Barcelona cinco años. Como buen carioca había empezado jugando al fútbol pero una grave lesión de rodilla con diecisiete años le retiró. Un año después un cazatalentos de la moda se cruzó con él en un burguer, en la playa de Ipanema. Firmó un contrato con una agencia de modelos y con veinte años dio el salto a Europa. Pese a que había hecho algunas campañas publicitarias de perfumes, la competencia en ese mundo era feroz. Así fue como le propusieron alternar su trabajo de modelo con este otro mucho más lucrativo. Habían quedado a las ocho y media en la Plaza de Catalunya. Ella le reconocería a él. Susana entró en la plaza por la esquina noreste, desde el Paseo de Gracia. Justo en el centro estaba Fabio rodeado de palomas. Parecía que de un momento a otro sonaría alguna sintonía pegadiza y él ofrecería los encantos de algún perfume. Ganaba mucho al natural. Sus 192 centímetros le hacían muy visible para cualquier mujer. Llevaba el pelo corto e iba engominado realzando un rostro anguloso muy varonil. Su perfil de dios griego se remataba con un hoyo en la barbilla y unos expresivos ojos grises. Ella se acercó: -¿Fabio? -preguntó Susana. -Sí. ¿Eres Susana? -preguntó el chico un tanto sorprendido. Y es que no era habitual que ...
... chicas tan guapas requirieran este tipo de compañías. -Sí, soy Susana -se saludaron con dos besos -¿Tomamos una cerveza? Cruzaron por el paso de cebra y entraron en el Hard Rock Café. Se sentaron en la barra y pidieron dos cervezas. Susana le explicó la necesidad del traje ya que asistirían a una cena de su empresa y los hombres debían vestir así. El hombre le comentó que no tenía ningún inconveniente en vestir traje. Mientras él hablaba ella le analizaba. El tipo era realmente guapo y se notaba bastante cómodo dentro de aquel traje de Armani que le sentaba como un guante. Sus poderosos hombros delimitaban una amplia espalda. Sus manos, que movía con frecuencia mientras hablaba, eran muy grandes y sus Martinelli debían ser del número cuarenta y cinco. Susana se sintió muy cómoda en su presencia y la gran conversación de él ayudaba bastante. En cuanto al precio, pensó aquello de “…me lo merezco…” después de tantos meses de secano. A las nueve y cuarto salieron con el coche hacia el restaurante. Una vez llegaron pasaron a un pequeño reservado donde se estaba sirviendo una copa previa a la cena. De entre tanta gente salió Rafa uno de sus superiores además de amigo personal de la dierctiva: -Hola Susana. -Saludó efusivo su compañero. -Hombre Rafa. Ya me extrañaba no verte. -Susana, no podía faltar a este éxito tuyo. -Alabó su amigo Rafa un poco achispado. -No, Rafa, de la empresa -contestó ella. -Susi, yo se lo que has trabajado en este acuerdo. Y es tuyo. ...