En el sur: El final de las vacaciones
Fecha: 09/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Aries, Fuente: CuentoRelatos
Llegamos al restaurante a la hora prevista. Nos habían acomodado en una mesa en la terraza con vistas a toda la línea costera. Laura y Julia se sentaron frente a mí. Se acercó el camarero para tomar nota de las bebidas y Julia fue la primera en pedir, en esta ocasión, dos botellas de Sauvignon Blanc. Laura pidió dos jarras de cerveza. Entre el vino y la cerveza, dimos por concluida la petición de bebidas al camarero, que no tardó en traerlas. Miramos la carta y no tardamos en decidir nuestros platos. Antes de que el camarero viniese a tomar nota, ya nos habíamos tomado la primera jarra de cerveza. Hacía calor y entraba con muchas ganas mientras hablábamos de lo provechoso y genial que había sido nuestro encuentro.
Los tres sabíamos como acabaría la noche y por ello, empecé a agradecerles la conexión que habíamos creado y el haber disfrutado junto a ellas de aquella preciosa cala en una tarde fantástica. Usé mis mejores argumentos con un buen protocolo de palabras, y conseguí que ambas se levantaran y se acercaran a darme un beso por lo emotivo de mi discurso. Me levanté y las agarré de la cintura y ambas me besaron en la mejilla, como a esos ciclistas que ganan etapas y son besados por las azafatas. Al posar mi mano sobre ellas, noté que ninguna llevaba ropa interior, lo cual instintivamente me causó el despertar más libidinoso, sabiendo que a partir de ese momento se estaba forjando nuestra fantasía.
Les devolví un beso a cada una con cierto aire de complicidad. De ...
... vuelta a su sitio, el camarero llegó con los platos. Spaguetti para Julia, lasaña para Laura y yo opté por una pizza. Ya estaba a punto de terminarse la segunda jarra de cerveza, cuando Julia sirvió el vino. Los tres disfrutábamos intensamente de la cena, la bebida, las vistas y del mágico momento. Julia ofreció probar sus spaguetti a Laura y ya no sé si fue por el alcohol o por las ganas de encender la mecha, en un juego inocente y travieso, colocó la punta de un spaguetti en su boca y la otra punta en la boca de Laura. La escena empezó a tomar una connotación más pícara. Yo las miraba expectante y ellas lo hacían con un mensaje en su mirada.
Concluida la cena con algún otro juego y conversación insinuante, aún nos quedaba la mitad de la segunda botella, cuando Laura comenzó a rozarme con su pie bajo la mesa, lo que provocó que me pusiera nervioso y se me cayera al suelo mi servilleta. Al agacharme a recogerla, pude disfrutar de una visión privilegiada. Las manos de Laura acariciando su zona íntima y las piernas de Julia abiertas mostrando su linda vagina que pude ver con detalle.
Al reincorporarme a la mesa, ya tenía una erección importante y sus miradas provocativas sobre mi. Habían despertado el instinto y ya solo pude entrar en su mismo juego mientras apurábamos lo que quedaba de botella. Julia, sin cortarse nada, me preguntó que cual de las dos me gustaba más. Ante una cuestión como esa, respondí airosamente, diciéndoles mientras me miraban, que la mezcla de ambas y ...