En el sur: El final de las vacaciones
Fecha: 09/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Aries, Fuente: CuentoRelatos
... de sus personalidades sería mi mujer ideal. La forma de mi respuesta y de cómo había resuelto dicho dilema, les pareció muy elocuente y acertada, y unas sonrisas cómplices iluminaron sus caras. Laura seguía con su pie por debajo de la mesa alcanzando en esta ocasión mi entrepierna pudiendo notar a estas alturas su dureza. La siguiente pregunta la hizo Laura, que seguía frotando su pie contra mí.
En esta ocasión, dicha pregunta abrió la caja de Pandora. -¿Y a cuál de las dos te follarías esta noche? El mundo se paró por un par de segundos, pero yo tenía clara mi respuesta y mi jugada, que ahora tenía que exponer.
Había llegado el momento tan esperado y crucial, mientras ellas me miraban expectantes. -Bueno, mis preciosas damas, he de deciros que lo que ha ocurrido hoy ha sido algo único y maravilloso que jamás me imaginaría que pudiese ocurrir durante mis vacaciones y que posiblemente no vuelva a repetirse nunca. Os he follado a las dos y he saboreado vuestros coños, os he hecho subir al séptimo cielo y yo con vosotras, habéis probado mi néctar y yo el vuestro... ante tu pregunta querida Laura, solo os puedo decir que lo propio, justo y necesario, sería que nos fuésemos al hotel e hiciéramos el tan esperado trío que tanto vosotras como yo, estamos deseando.
Tras esa respuesta tan sincera y contundente, las dos amigas se miraron con una sonrisa pícara y acto seguido, volvieron sus miradas a mi. Laura dijo que estaba deseando oír esa respuesta, mientras Julia apoyaba ...
... su mano sobre el hombro de Laura, asintiendo a la respuesta de su amiga. Acto seguido, Julia llenó las copas de vino con lo que quedaba en la botella y propuso un brindis por nosotros y por el sur. Después de brindar, Laura pidió la cuenta al camarero y este no tardó en traerla junto con unos chupitos de vodka caramelo. Ya llevábamos un punto muy vacilón entre las cervezas y el vino y esta última ronda, gentileza del restaurante, nos activó para salir de allí en dirección al hotel. Los tres estábamos receptivos, con ganas de disfrutar una vez más, pero en esta ocasión los tres juntos, como un equipo coordinado.
Sin titubeo alguno, las cogí de sus brazos y las enganché a los míos quedando yo en el centro. La brisa del mar y sus perfumes, daban la nota aromatizante del momento y nuestras risas junto a las leves olas, eran ahora la banda sonora. Nos dirigimos al hotel en el que apenas había tránsito por la hora que era. La cena se nos prolongó más de la cuenta, pero ya estábamos enfocados en disfrutar de los placeres de la carne. Al entrar en el hotel, saludamos al recepcionista y Julia se acercó a una máquina de bebidas para sacar algún refresco. Laura seguía agarrada a mi brazo, pulsé el botón del ascensor mientras se acercaba Julia. Una vez dentro ellas se pegaron en el fondo y yo delante de la botonera. Simulando jugar como si fuese un botones del hotel, les dije: -¿A qué piso van las señoritas? Laura sin pensarlo y sin cortarse dijo mirándome con picardía, vamos a la ...