1. El pasajero oscuro (Parte II)


    Fecha: 09/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... ligeramente. No podía más. Me levanté y fui arriba, despidiéndome desde lejos mientras subía. Desde mi dormitorio observé por la ventana cuando Kim y su hija se fueron. No despegué la mirada de su culo apretado en esos vaqueros. Caminaba de forma natural contorneando la cadera. Esos detalles que no ves hasta que te fijas en ellos. Era demasiado. Me fui al baño y me casqué una paja como hacía tiempo no hacía. En los casi 8 meses que llevaba con Ana, no había tenido tal sentimiento de lujuria hacia ella. Mi mente se había follado varias veces a Kim en segundos.
    
    No había vuelta atrás, se había despertado la bestia dormida. Una bestia sobre la que no tenía control.
    
    Al trabajar desde casa, había visto por la ventana alguna vez que después de dejar a su hija en el colegio, Kim salía a correr. Afición que compartíamos, yo salía a correr por las tardes, y me ejercitaba en casa a mediodía.
    
    Cuando llegaron a España, Kim encontró trabajo rápido en Alicante debido a que hablaba español y alemán. Mientras Hans, arquitecto de profesión, daba forma a su empresa, Kim trabajó. Al año de llegar, el negocio de Hans despegó, encontró un nicho en reforma de interiores entre la abundante comunidad extranjera de la zona, y Kim decidió dejar de trabajar para dedicarse a su hija y la casa.
    
    Mi rutina matinal incorporó una nueva actividad. Observar desde el dormitorio de arriba, sigilosamente, a Kim mientras salía a correr. Usaba leggings deportivos ajustados a su potente culo. Sus ...
    ... piernas voluminosas y fuertes se marcaban perfectamente. Las camisetas deportivas eran normalmente ajustadas y apretaban sus tremendas tetas. Estaba en forma. En mi clasificación particular, Kim había pasado de ser la poco interesante aunque atractiva vecina madre de familia, a la tremenda mujer objeto de mis más bajos deseos. El pasajero oscuro había pasado al asiento conductor, me guiaba y me empujaba salvajemente hacia Kim.
    
    Mi relación con Hans y Kim hasta ese momento no había sido muy cercana. Con Hans no había feeling, no congeniamos. De hecho, me acabó cayendo ligeramente mal. Había conocido alemanes en el pasado que me caían bien, pero Hans no era uno de ellos. Tenía ese aire de superioridad moral que algunos en aquellas latitudes se gastan. Creo que el sentimiento era mutuo. Aunque al principio teníamos un trato algo más cordial, ahora había quedado en un simple saludo cuando nos veíamos.
    
    Personalmente empecé a cobrarme una pequeña venganza. Cuando nos saludábamos pensaba en la cantidad de pajas que me estaba haciendo con su mujer en mente. Con Kim me llevaba algo mejor, alguna vez incluso habíamos charlado al borde del camino de la entrada de su casa. Aunque poco más, ella tenía su vida y yo la mía. Era una mujer sencilla, que había cumplido ya sus aspiraciones en la vida, formar una familia, tener su pequeña y bonita casa en la costa, y dedicar su tiempo a cuidar el jardín, a su hija, a su marido.
    
    Ana se dio cuenta rápido de mi cambio y se sentía cada vez más ...
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