1. El polígrafo sexual


    Fecha: 11/04/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: NoeliaMedina, Fuente: CuentoRelatos

    ... Verte la polla deslizando por tus manos. Y, quiero ver, igual que hago yo en mi intimidad y tú has osado desvelar, cómo te pruebas.
    
    El pecho de Daniel se desbocó al escucharla. ¿Ver cómo se probaba? ¿Él? No era de aquel tipo de tíos. Era de los que se bajaban los pantalones hasta las rodillas y se pajeaban buscando el final. Punto. Pero la propuesta de su compañera le había instalado nerviosismo y placer en el estómago. No, aquella no era la agente recta y aburrida que imaginaba, ni mucho menos. Había conseguido que la habitación formal y fría se convirtiera en un horno en el que la temperatura era difícil de soportar.
    
    Se deshizo de los cables del torso de un tirón y se quitó las cintas de los dedos del mismo modo. Después, con las facciones duras de la excitación reprimida, se echó hacia atrás, se desabrochó el pantalón y con mucha lentitud dejó liberado su falo.
    
    Lara entreabrió los labios de manera involuntaria y dejó escapar un suave gemido. No por sus dedos juguetones y empapados, sino por el grosor y el tamaño que Garrido portaba.
    
    Se lamió los labios, deseándolo con todas sus fuerzas. Quería deslizarse por la silla hasta el suelo y gatear el metro escaso que la separaba para llegar a él. A ella. Lamerla despacio. Atrapar con su lengua aquella gota de excitación que comenzaba a descender por el tronco inflamado. Bajar hasta sus testículos y masajearlo mientras los chupaba… Se sacudió interiormente, acallando sus deseos e intentando concentrarse en Garrido, ...
    ... que acababa de rodear el grosor con una sola mano y comenzaba a masturbarse. La agente pudo comprobar a cámara lenta cómo la piel descendía, dejando ante ella un glande morado de la excitación.
    
    Se clavó los dedos con más ímpetu en su botón de la felicidad, como llamaba a esa llave mágica interior que le abría las puertas al paraíso, y el gemido que salió de su boca aceleró la mano de Daniel sobre su polla, bajando y subiendo con más velocidad.
    
    —Pruébate —le exigió Lara con los ojos cristalinos del deseo.
    
    El agente Garrido la miró sin dejar de deslizar su mano por su más que duro miembro. Era una estaca. Una estaca con afán de perforar como lo haría un cazador de vampiros para conseguir darle muerte al mal, con la salvedad que él la quería para penetrar en el coño jugoso y apetecible que tenía delante.
    
    —¿Qué sucede?, ¿no te atreves?, ¿el superpoli Garrido es demasiado hombre para poder darle el gusto a esta compañera que tiene aquí delante?, ¿o demasiado cobarde para disfrutar de algo nuevo?
    
    Antes de que su compañero pudiera responder, Lara subió su mano dejando a la vista los labios hinchados y mojados. El tanga rosa seguía a un lado gracias a la sujeción que esta hacía sobre él.
    
    Jadeó, suspiró y, sin dejar de mirarlo a los ojos, se introdujo los dedos índice y corazón en la boca. Consiguiendo mezclar su esencia más íntima con la saliva que emanaba.
    
    —¡Dios! Me encanta mirarte —gruñó sin dejar de masturbar su polla, dura y venosa.
    
    —¡Hazlo!
    
    Daniel ...
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