Una decisión difícil
Fecha: 19/04/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... presentó dándole la mano.
—Sofía —contestó ella con una amable sonrisa.
—Este es James, mi marido —señaló a su lado a un hombre unos diez años mayor que ella.
—Un placer señorita —le dijo cordialmente.
—Encantada, el placer es mío —le respondió dándole la mano.
—¿Viajas sola? —le preguntó Anabelle.
—En realidad no estoy viajando. Llevo viviendo unos meses aquí y todavía no conocía lo más emblemático de la ciudad.
—Nosotros estamos anclados en Fisherman’s Wharf. También estamos visitando lo más representativo de la ciudad.
—¿Estáis de crucero?
—No. Nuestro yate está amarrado en el muelle 41. Llegamos hace tres días de Monterrey, y estaremos aquí hasta el domingo, que zarparemos de regreso. Solemos estar una semana en cada ciudad, visitar lo más pintoresco, conocer gente y disfrutar del lugar.
—Eso es estupendo.
Mientras el guía les iba enumerando al grupo los reclusos más famosos que habían pasado por cada celda, Anabelle y Sofía permanecían detrás, ajenas a las explicaciones del guía, comentando entre ellas lo característico del lugar. El esposo de Anabelle siguió con el grupo, interesado en las descripciones del guía, y permitiendo que las dos mujeres se conocieran.
—¿Entonces no eres de aquí?
—Soy española. Vivo aquí provisionalmente. ¿Y vosotros?
—Vivimos en Los Ángeles, tenemos una casa allí, pero en realidad, somos de Sacramento. ¿A qué te dedicas, Sofía? Déjame que adivine… economista —dijo al azar.
—No, ni de lejos. El ...
... economista es mi exmarido. A mí se me dan muy mal los números. ¿Por qué pensaste que lo era?
—No lo pensé. Fue lo primero que se me ocurrió. Era una forma de que me lo dijeras —dijo con una pícara sonrisa.
A Sofía le sedujo la simpatía, la soltura y el desenfado con el que hacía sus preguntas.
—Soy traductora ¿Y tú?
—Qué interesante. Mi marido y yo tenemos negocios en todo el mundo, pero ahora estamos de vacaciones y las transacciones están en buenas manos, así que está prohibido hablar de trabajo y responder al teléfono, —y siguió con sus preguntas, pero que, para nada le molestaban.— ¿Tienes pareja Sofía? —le preguntó.
—Sí, aunque mi esposo está de viaje de negocios.
—Esta noche damos una fiesta en el yate y me gustaría que vinieras. Por eso te lo preguntaba, pero en vista de que tu esposo no está, vente sola.
—Me encantaría. Nunca he subido a un yate.
—Podrás hacer algo más que subir. El yate está a tu disposición para todo lo que quieras.
—¿A qué te refieres?
—No se trata de una visita turística por el yate. Habrá buena música, comida, bebida, drogas blandas, para quien las quiera, y otras singularidades que los más osados quieran satisfacer. ¿Eres liberal, Sofía?
—¿Por qué lo preguntas?
—Porque si no lo fueras, quizás podrías sentirte incomoda en la fiesta, pero siendo así, creo que te gustará.
—Estoy intrigada.
—¡Toma! Con ésta tarjeta te dejarán subir al yate. Sobre las nueve empezará a venir la gente. Ven cuando quieras. ...