El patio de mi casa
Fecha: 20/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... todas las prendas y estaba segura de que había puesto a lavar mi braga rosa. Rebusqué, pero no la encontré. Por si acaso eché una ojeada a la lavadora quizá la hubiera tomado prestada como en muchos casos mis calcetines… nada, no estaba.
Era raro, recordaba haberla tirado a lavar y de pronto había desaparecido. En los cajones de mi cuarto tampoco estaba, aunque seguía creyendo a ciencia cierta que la había colgado en la cuerda. Era mi braga favorita, la que denominaba de la suerte, aunque no hacía honor a su nombre porque llevaba una temporada… que tela…
Solo se me ocurrió una cosa y fui a la puerta de mi vecina para llamarla. Después de unos toques apareció en su cocina, no era la primera vez que la llamaba, teníamos cierta confianza.
—Hombre, Sandra, guapa. ¿Qué quieres? —salió con sus gafas de profesora, siempre que la veía así sabía que estaría corrigiendo los deberes de los alumnos de su academia.
—Olivia, no habrás… —miré hacia el círculo de pisos que se alzaba sobre nuestras cabezas. Nunca se sabe quién puede estar escuchando, mejor susurrar— ¿Has recogido por error unas bragas mías? Son rosas, así… muy bonitas…
—Diría que no, siempre que te cae alguna a mi lado te la cuelgo otra vez. Déjame mirarte… —se dio la vuelta entrando a la cocina y desde dentro añadió— ¿Hace mucho que la pusiste?
—Que va, la recogí hoy. O sea que la colgué ayer.
—Pues… —rebuscando en su cesto con las gafas puestas, intuía que allí no estaban— No, cielo, aquí no veo nada. ...
... De todas formas la buscaré por casa, no sé igual la recogí pensando que era mía o algo.
—No te preocupes. —estaba claro que no, Olivia controlaba su ropa a la perfección— Muchas gracias, seguramente estará en algún cajón. Hablamos, querida. —nos despedimos con las manos y me paré en seco, dándome la vuelta para decirle mientras sacaba pinzas de mi bolsillo— ¿Quieres alguna?
Aquella fue la primera vez que pasó, una perdida inofensiva de una braga que la verdad tampoco le di mucha importancia. Era muy bonita y cómoda, además de ponérmela siempre que quería salir, pero a fin de cuentas era eso… una braga.
No volvió a ocurrir nada similar, al menos que yo me diera cuenta. Ninguna de mis prendas llegó a desaparecer, hasta que… cumplí los treinta y nueve. Me acuerdo a la perfección, porque aquella noche salí de fiesta dejando colgada una lavadora. Obviamente hasta la tarde de aquel domingo no recogí la ropa y… otra vez me faltaba una braga. Esta vez de color rojo que ya tenía un año casi de uso, pero que me encantaba ponerme.
Lo busqué por toda la casa, sin enlazar la perdida de esta con el anterior, habían pasado dos años como para recordar que se me había perdido mi braga de la suerte. Pero mientras estaba en la cocina tomándome un café y recuperando un poco de vida que la fiesta me había arrebatado, escuché salir al marido de Olivia.
Miré a Fermín con un rostro ausente como colgaba la ropa, la verdad que no estaba para nadie ese día. Aunque cuando me vio tras el ...