1. Mala leche


    Fecha: 21/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desplantes, cada frase que salía por la boca de su arrogante esposa era como un nuevo soplido que iba inflando la paciencia de mi prima.
    
    Para sorpresa de todos, la cuñada de Nata era la que mejor se entendía con el nuevo fichaje familiar. La verdad era que María y Alfonso compartían ese cáustico sentido del humor tan desagradable para los demás. A ambos les gustaba hacer leña del árbol caído y quedar siempre por encima del resto.
    
    Afortunadamente, el convite concluyó sin que la sangre llegara al río, aunque sí lo hiciera otra clase de líquido corporal.
    
    Como el piso de mis tíos tiene un pasillo muy largo, me levanté a ayudar.
    
    —Alberto, ve apuntando los cafés —me encomendó mi prima— Me he traído la Nespresso.
    
    Uno por uno fui apuntando los caprichos de todos los invitados, desde el solo para mi tío, hasta el cortado descafeinado con un poquito de Baileys de la cuñada de mi prima.
    
    Cuando entré en la cocina mi tía y Natalia parecían enfadadas. Estaban terminando de colocar todo los vasos en el lavavajillas sin decir palabra. Entonces mi prima me miró por encima del hombro, sus ojos no escondían nada bueno. En efecto, me quedé pasmado al ver como mi prima bajaba la cintura de su pantalón y me enseñaba la mitad de su espléndido trasero. No entiendo por qué, pero me resultó raro ver que mi prima llevaba tanga estando embarazada. Mientras mi tía seguía con los vasos, mi prima dio un paso atrás y, disimuladamente, llevó una de sus manos a su espalda y agarró mi ...
    ... miembro, que ya empezaba a desperezarse. Con el pantalón ligeramente bajado y mirando a su madre, mi prima procedió a estimular mi erección.
    
    — Mamá, ve y tráete las tazas —dijo tras subirse de nuevo el pantalón.
    
    Después de preguntarme cuántos solos y cuántos cortados habían pedido los invitados, mi tía enfiló la puerta. Sin embargo, se detuvo antes de salir.
    
    — Cinco minutos —dijo en tono de advertencia, y cerró la puerta tras de sí.
    
    — Sí, mamá —asintió Nata con una mueca divertida.
    
    — ¿Cinco minutos? —no entendía qué demonios estaba pasando.
    
    — Anda, calla y sácate la polla —me ordenó mi prima con desaire.
    
    Como me quedé petrificado, ella misma se encargó de sacar mi miembro a través de la abertura del pantalón. Siguiendo las nuevas instrucciones de mi prima, me giré para vigilar si alguien venía. Después de cubrir de besos mi inflamado glande, Nata me explicó el plan que obviamente ya le había contado a su madre.
    
    Básicamente, Nata pretendía preparar el cortado de su cuñada con un chorrito de Baileys y cinco o seis de esperma. Con esa intención, mi primita empezó a lamer toda la longitud de mi verga. Se notaba que había ganado en experiencia, no comenzó a mamar como loca si no que siguió lamiendo hasta cubrir toda mi polla de babas. Luego se puso a chupar mi glande como un caramelo. Yo notaba como la lengua de mi prima jugaba dentro de su boca. Aquello era demencial y me dejó a punto de reventar.
    
    Entonces, me dio por pensar lo afortunado que iba a ser el ...
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