Una madura muy provocadora
Fecha: 04/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: yuliana, Fuente: CuentoRelatos
No era un lunes como cualquier otro y parecía el más aburrido de todos; ese día por primera vez en varios años tenía dos particularidades: no tuve (por inventario) que trabajar y por otro lado me encontraba completamente solo en casa desde la noche del domingo pues mi pareja se vio en la necesidad de salir de la ciudad un par de días a visitar algún enfermo (cosa que aquí no voy a detallar).
Me sentía en cierta medida liberado, hasta un tanto raro; caí en la cuenta de que a mis treinta y tantos llevaba a cuestas incontables años de rutina familiar sin fallar a ella en sentido alguno. Me levante muy temprano y hasta las 7 de la mañana que tome una ducha, estuve absorto viendo televisión.
Serían las ocho de la mañana cuando salí al centro comercial a realizar algunas compras, me fui en autobús con afán de evitar el estresante trafico citadino de principio de semana que por esta ocasión podía evitar abandonando mi auto. Seguía siendo muy temprano cuando arribe a mi destino, acaso diez personas dentro del supermercado a esa hora, deambulaba por los pasillos perdido en mis pensamientos hasta que un repentino golpe de vista me trajo de regreso a la tierra.
Caminando por el pasillo central, volteé de reojo al área de productos enlatados y dentro de él fue inevitable admirar a una mujer madura de falda cortita negra inclinarse pronunciadamente a tomar alguna cosa; de inmediato me atrajo como un imán, me introduje en tal sección y pretendí escoger algunas cosas muy cerca ...
... suyo, ella no me sintió a su lado o no le dio importancia. Me di vuelo atisbando aquel hermoso par de pantorrillas y muslos de piel clara que terminaban en un trasero carnoso, firme y bien estético.
Sentí como mi entrepierna reacciono a lo que la vista le ofrecía, no me moví un centímetro; por fin se puso en pie aquella dama y al verla de frente pude comprobar que el resto de ella era igual de sensual. Era una señora de unos 50 años, frondosa y espectacular; su pelo negro bajo los hombros, un tanto ensortijado enmarcaba su aún bello rostro de mujer madura, lindos ojos y bellos labios con un sensual lunar adornándolos. Pensé entonces en el hecho de que todos deseamos que nuestra mujer llegue a esas instancias de la vida en tales circunstancias (cosa que casi nunca sucede). Era imposible dejar pasar por alto el paraíso que ofrecía la blusa de escote ancho que llevaba y que ofrendaba como manjar a la vista una buena parte de sus crecidos y redondos senos naturales que se antojaban suaves, tibios y juguetones.
Auténticamente la penetre con la vista: tacones, piel mucha piel, su escasa falda negra, un poco de su vientre que su blusa no alcanzaba a cubrir del todo, su escote de infarto y un bello e intrigante rostro. Una verdadera joya; aún era pronto pero en un rato más seguramente las miradas la asediarían y alguno que otro atrevido la arribaría con no buenas intenciones (cosas a las que debía estar acostumbrada a lidiar pensé, de hecho bien que se lo buscaba); y aún más ¿por ...