1. Una madura muy provocadora


    Fecha: 04/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: yuliana, Fuente: CuentoRelatos

    ... qué no arribarla yo? ¿Qué podía perder? Mil cosas cruzaban por mi mente, para mi sorpresa fue ella quien rompió el ensordecedor silencio.
    
    —"Buen día señor ¿me ayudaría a buscar duraznos enlatados?"
    
    —"Hola señora, eh… Pues por este lado, espere que le traigo algunos". — Contesté.
    
    —"Gracias, es que a este sitio no había venido nunca, voy a uno cerca de casa pero hoy no abrió".
    
    —"Es un placer, es más, la acompaño mientras hacemos nuestras compras y así va conociendo el lugar". — Respondí.
    
    —"Pues por mi adelante, me llamo Mariana".
    
    —"Johny para servirle". —Dije ofreciéndole mi mano en saludo.
    
    Así deambulamos largo rato haciendo el súper; rato más tarde había mucha gente y era de notarse como caballeros de cualquier edad observaban disimuladamente a mi sensual acompañante, que dicho sea de paso a mi ya me tenía bastante exaltado con su persona. Había quienes de plano miraban lascivamente dentro de escote sin pena alguna, no importándoles mi presencia ni que ella se diera cuenta; no los culpaba ¿cómo hacerlo? Apenas un rato antes yo estaba igual.
    
    Para mi mala fortuna terminamos nuestras compras, sentí que ahí acababa todo, pero dado que la charla estaba muy amena y en poco tiempo había nacido una linda amistad, me atreví a invitarla a tomar algo en una de las cafeterías anexas al centro comercial; ella de buena gana aceptó. Con la finalidad de evitar en algo las miradas o alguna interrupción escogí una mesa del fondo del local, era de esas mesitas con ...
    ... base de vidrio transparente para cuando mucho tres personas. Siendo su falda tan corta, lenta y descuidada su manera de sentarse, pude claramente ver su ropa interior (una tanga bien chiquita color rosa). Las mujeres no son tontas y saben lo que hacen; entre café y plática constantemente cruzaba y separaba las piernas coquetamente, presumiendo elegantemente sus voluptuosos muslos y en no pocas ocasiones el excitante interior de su falda.
    
    Así conversando fuimos descubriendo que teníamos más cosas en común de lo que se pudiera pensar. Su marido que viajaba constantemente la tenía desatendida con sus continuas ausencias, caso paradójico pero equivalente al mío en el cual tanta presencia de mi mujer me tenía abrumado.
    
    En un momento dado fui al sanitario para caballeros, tratando de calmarme un poco pues me tenía bastante excitado la belleza madura de Mariana. Me encerré en un cubículo y saque mi pene para ver lo que era lógico: estaba durísimo y lubricado hasta humedecer mi ropa interior con ese líquido viscoso que cumple la labor de lubricante sexual natural. Tuve que esperar unos minutos a estar flácido para poder orinar y asearme un poco, pensé en masturbarme para disminuir en algo mi ansiedad pero ¿cómo lograrlo? Aquella dama seguía en la mesa; con mi cerebro en llamas regrese a su lado.
    
    Estuvimos en el café más de dos horas, me dijo que era hora de regresar a casa pues esperaba la llamada de su marido confirmándole su regreso.
    
    —"Johny me tengo que ir, ha sido un ...
«1234...»