1. Espectacular encuentro


    Fecha: 05/05/2022, Categorías: Hetero Autor: Pedro_al, Fuente: CuentoRelatos

    Hacía ya más de 2 años que conocía a esta mujer, para ser exacto, diré que conocía aquella voz, pues nuestra relación existía sólo en un "videochat" y a través de e-mail.
    
    Su voz es sugerente. Si por la voz se puede hacer un dibujo de una persona, podría decir que es una mujer culta, educada y elegante, a la vez es muy, muy morbosa. La imaginaba alta, morena y delgada. Tal vez madura, de unos 39 o 40 años. Muy bien hecha y segura de su valía.
    
    Por otra parte, era capaz de aparcar momentáneamente su coqueteo elegante y fino para convertirse en un auténtico animal bravo, una auténtica gata en celo capaz de llevar a un hombre al más fascinante orgasmo tan sólo con escucharla pedir… "Síiii… rómpeme el culo… uffff… siiii… la imagino dentro de mi culo… siento tu polla cómo me abre el ano…"
    
    Frases así, en viva voz, gimiendo, jadeando en mis oídos es mucho para no explotar en un orgasmo monumental. Cámara Web en mano, mientras masturbo mi polla y ella mira y habla, sobretodo, habla cuando las convulsiones de mi cuerpo avisan del inminente orgasmo… "sí… eso es… córrete en mi boca… dame tu leche… ummmm… suéltala toda en mi lengua… qué gusto me das…tengo tu esperma en mis labios y quiero besarte… mis dedos están en mi ano…tengo dos dedos dentro de mi culo… quiero que sea tu polla… me corro yo también… ahhhh… siii… ahhhhh… ahhhhhh", los gritos ensordecedores de una hembra en pleno éxtasis de placer resuenan en mis tímpanos y sin tiempo, apenas, de haber eyaculado esa voz vuelve a ...
    ... ponerme la polla dura y deseosa de penetrar aquel cuerpo que sólo puedo imaginar, de obedecer sumiso, cuantas órdenes me quiera imponer pues dichoso, yo podría hacer realidad mi gran ilusión.
    
    Tras numerosos encuentros con la webcam y su inseparable micrófono, tras decenas de e-mail sentí la necesidad de proponerle un nuevo encuentro, esta vez real. En persona.
    
    Ella no quería, de ningún modo, que aquella relación pasara la línea de lo virtual, de esta forma no había riesgos, ni desengaños… era todo muy limpio. Pero yo me resistía a no acariciar aquellas manos, a no escuchar en directo aquella voz, a no poder mirar directamente a los ojos de aquella mujer cuya voz me trasladaba a un mundo nuevo, bello y flotante, ingrávido… Tan sólo deseaba verla, tomarla de la mano, abrazarla quien dice un segundo, mirar a sus ojos y una sola vez, siquiera, besar con mis labios los labios que tantas veces imaginé. Apenas rozarlos, apenas mimarlos con la mejor caricia de mis propios labios. No solo era deseo, no solo era lujuria… era también admiración, era pasión por una mujer apasionante.
    
    Por fin el día llegó, desde luego, tras mucha insistencia y mil promesas de que tan sólo el encuentro sería formal, no más allá de lo que ya he explicado. Ni un beso más que los de rigor en las mejillas… una charla entre amigos de no mucho más de 30 minutos, conocernos, ponerle una cara a esa voz y nada más. Me sentía como el día que fui a recoger mi diploma de ingeniero, me sentía como el niño que ...
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