Espectacular encuentro
Fecha: 05/05/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Pedro_al, Fuente: CuentoRelatos
... la misma sensación.
Ella, mientras yo besaba por segunda vez aquella piel de su cara, puso su mano en mi nuca, acariciando levemente la base de mi cabello…ejerció una sutil presión acercándome más mis labios a su piel y susurró en mi oído "Te deseo… Dios cómo te deseo Pedro…" y diciendo esto, furtiva y hábilmente, ladeó su cara hasta acariciar, con una levedad atronadora, sus labios carnosos y hambrientos con mis labios desesperados por el roce de aquella marea de sentimientos y sensaciones que se agolparon en mi interior. Fue un beso suave, ligero, corto como un instante… electrizante como el relámpago… luminoso como un cometa… me quedó apenas el sabor de su lápiz de labios… la esencia de la gran mujer que tenía enfrente, de la hembra que tras ella se agazapaba.
Sus ojos brillaban, no sé si de emoción o de deseo, tal vez ambas cosas eran ciertas. Mis ojos, mi cuerpo vibraba como la tensa cuerda de un guitarra a la que han arrancado su nota más profunda con la magistral caricia del maestro. Era más, mucho más de lo que hubiese pensado en mis sueños más optimistas sobre nuestro primer encuentro.
Comenzamos de nuevo a charlar, recordamos muchas de nuestras conversaciones. Era poco el tiempo que teníamos y sin decirnos nada, ambos decidimos que aquella conversación versara, en exclusiva, de aquello que tanto nos unía, ambos queríamos aflorar el deseo que nos tenemos en una conversación comprimida por el tiempo y en un lugar público en el que era del todo imposible ...
... pasar de las palabras a nada más. Mayor acumulación de deseo irrefrenable era imposible.
Cierto es que tanto María como yo, podríamos haber hablado de cualquier otro tema que no fuese sexo, formación humana, espiritual y cultural no nos falta a ninguno de los dos, pero deseábamos hablar, cara a cara, de aquello que tanto nos excitaba y debíamos hacerlo en menos de 30 minutos, tal vez 20. Nos impusimos ese límite de tiempo por deseo expreso de ella, ambos temíamos que prolongar la cita podría crearnos un conflicto entre el corazón y la mente, era arriesgado y yo no quería, bajo ningún concepto, contradecir a aquella mujer que, aunque sea de un modo virtual, me enseñó una nueva dimensión de mi vida. Era, es tanto el respeto y aprecio que le tengo que ni se me pasaba por la mente dar un paso en falso, nada que ella no quisiera hacer.
Comenzó ella a recordarme que tenía unos pechos perfectamente cuidados, "¿Te acuerdas de las veces que me has dicho que deseabas besar mis pezones?" decía. Y tanto que lo recordaba, ella sabe muy bien lo mucho que deseo besar cada rincón de su cuerpo que, hasta ese día imaginaba y apenas podía degustar por una foto que me había enviado por correo y en la que se la veía de espaldas.
Se quitó el abrigo que portaba sobre sus hombros y me permitió ver su figura recortada por un entallado vestido que marcaba con nitidez las formas de su cuerpo, los deseados y abultados pechos mostraban una perceptible erección de sus pezones. "No llevo sujetador, ...