1. Espectacular encuentro


    Fecha: 05/05/2022, Categorías: Hetero Autor: Pedro_al, Fuente: CuentoRelatos

    ... estrecho túnel que había deseado tanto explorar, sentía con nitidez cómo el ano se abrazaba a mi dedo y como el calor de aquella cueva envolvía mi dedo, sus jadeos anunciaban un inminente orgasmo al tiempo que pedía más… "Me estás volviendo loca. Ponme otro dedo, por favor Pedro…" me decía.
    
    Saqué mi dedo de su ano y con mucha suavidad junté un segundo dedo, el corazón y el índice comenzaron su camino hacia lo más profundo de su culo, su ano engullía goloso mis dos dedos que no tuvieron problema en perderse hasta el fondo. Comencé una intensa danza de mis dedos en su interior, sus convulsiones eran ya muy evidentes y comencé un movimiento intenso pero lento, le introducía mis dedos hasta el fondo y volvía a sacarlos para volver a introducirlos de nuevo hasta su interior.
    
    De reojo vimos que aparecía una pareja y que se encaminaba hacia donde estábamos nosotros. Ella guardó mi polla en mi pantalón y lentamente movió las caderas hasta que mis dedos abandonaron la cueva que hasta ese momento los albergaba.
    
    Habían transcurrido unos 45 minutos desde nuestro encuentro y ella dijo: "Qué lástima Pedro, podía haber sido algo bestial. Hemos de marcharnos. Tal vez en otra ocasión podamos culminar esto."
    
    Yo era consciente de que, en efecto, debíamos irnos a mi me quedaban varios centenares de kilómetros para regresar a mi casa y ella tenía que irse a su casa que, por cierto, yo no sabía si estaba cerca o lejos de aquel lugar.
    
    Era nuestra despedida y este era el trato al que ...
    ... habíamos llegado, por respeto a ambos, así sería. Pagamos nuestra cuenta y salimos del local.
    
    Ya en la calle le pregunté si podía llevarla a algún lugar pues mi coche estaba estacionado en un callejón próximo y aunque no conocía la cuidad ella sería la guía. Me dijo que no, que eso sería la perdición y que había una parada de taxis en la esquina de enfrente de aquella plaza.
    
    "Bueno María, nuestras circunstancias son estas y así hemos de aceptarlo. Eres una extraordinaria amiga y una gran mujer. Ambos sabemos o creemos que estamos hechos el uno para el otro pero la vida nos puso a cada uno en un lugar distinto y…" Me miró y sus ojos esta vez indicaban tristeza entremezclada con los deseos y la lujuria vivida minutos antes. Transmitían paz y seguridad, como siempre, pero se habían entristecido.
    
    "Somos dichosos de todas formas porque hemos llegado a conocernos y a respetarnos, esto de hoy ha demostrado que nos apreciamos y queremos de verdad, somos conscientes de esas circunstancias y hemos sido suficientemente maduros para saber hasta donde debemos llegar. Esto, sin duda, permitirá mantenernos juntos aunque estemos lejos." Respondió ella.
    
    Parecían dos discursos ampliamente meditados pero no era así, se trataba de la realidad de nuestros sentimientos y la aceptación de nuestras circunstancias. Al fin y al cabo, ambos superábamos en bastante la treintena y teníamos nuestras vidas montadas de forma que ninguno queríamos renunciar a ellas. Tal vez si hay una nueva vida ...
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