La tropa loca
Fecha: 05/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
Reencuentro con un amigo de la preparatoria, con el cual había tenido varios morreos, pero hasta esta vez pudimos agasajarnos completamente.
Cuando estudié preparatoria, en el grupo de tercer año había una ‘bolita’ más o menos grande que para todo hacíamos reuniones y excursiones y nos la pasábamos muy bien, no se trataba de parejas, sólo amigos, era baile entre todos y paseos en bola, aunque si se daban las condiciones podía haber algo más, pero sin compromiso... (Sí, más de una compañera quedó embarazada y en dos casos hicimos colecta para pagar el aborto). Nos hacíamos llamar La Tropa Loca, porque nos sonaba bien ya que había un programa de televisión con ese nombre y también de éste tomó su nombre un grupo musical que tuvo sus triunfos con música de rock y después se pasó a la onda grupera.
Felipe, al igual que yo, pertenecía a La Tropa Loca y nos gustábamos, al grado de que me pidió que perdiéramos juntos nuestra virginidad, ¡y casi logró convencerme! pues daba unos besos riquísimos y sus manos sabían acariciar muy bien. Recuerdo cómo jugaron sus dedos con mi clítoris mientras yo le acariciaba el pene sobre el pantalón y entre beso y beso me pidió perdernos de los demás en un paseo que hicimos al parque nacional de Los Remedios. En ese momento estábamos bastante separados de los demás, yo le quería decir que sí, pero pudo más mi relación con Saúl, con quien llevaba un año de novia y meses después me desvirgaría. El asunto es que le dije que no, pero para ese ...
... momento ya me estaba metiendo también mano en las chiches, y yo en el pantalón, y aunque me tenía calentísima me pareció un abuso de su parte (y no de la mía, ja, ja, ja), lo que hizo que yo reaccionara en sentido contrario.
—¡No, Felipe, no debo! –le dije fuertemente, apretando mis manos.
—¿Por qué no? Sé que tú también quieres, lo siento en mi verga… —dijo mientras entrecerraba sus ojos mostrando placer.
En ese momento me di cuenta que yo seguía con mi mano en su pene y la tenía mojada con presemen por habérselo apretado y jalado con lo airado de mi respuesta. Pero luego la confusión fue mayor ya que saqué rápidamente la mano e instintivamente cubrí mi cara con ella y percibí el olor del presemen con el que me había mojado yo misma el rostro, me quedé oliendo profundamente la palma de mi mano y él ya me estaba chupando un pezón. ¡Me había sacado la chiche mientras yo me enervaba con el olor que tenía en mi mano y en mi cara!
—¡Déjame! –le grité y lo aventé, pues volví a sentir que Felipe estaba abusando de mí.
—Perdóname, pero yo creí que tú estabas sintiendo tanto deseo como yo —me dijo al notar mi ira.
—Sí, siento igual, pero no debo… —contesté suavizando el tono —Tal vez después, me gustas —dije al acercarme y le di un beso en los labios.
Si él estaba sorprendido y perplejo por lo contradictorio de mi comportamiento, yo lo estaba más. No pude advertir en ello mi futuro comportamiento de ninfómana y el fuerte peso que ya tenía Saúl en mi vida, a quien ...