La tropa loca
Fecha: 05/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... sentía de gran tamaño, pero sí muy antojable. Al bajarnos del auto en el estacionamiento de la villa que nos habían asignado, ¡me cargó para introducirme en la recámara! Me dio un beso de lengua y me depositó en la cama.
—Diez años después, pero te cumpliré tu deseo, “nuestro deseo”, corregí —le dije sentándome en la cama y le aflojé el cinturón.
—Sí lo desee entonces y lo deseo ahora —asintió y procedió a desvestirme.
Ya no dijimos gran cosa, dejamos que nuestras manos y labios actuaran: prenda menos que despejaba algo de piel, piel que era cubierta de besos y lengüetazos. En el momento en que quedé sólo con brasier y pantaletas me lamió la parte superior de las chiches, bajó los tirantes y cuando quedaron al descubierto tomó una en cada mano y se puso a mamarlas alternadamente mientras decía “¡Qué hermosas están!” Yo miraba su trusa que parecía carpa de circo, metí la mano en el hueco que estaba entre sus piernas y le masajeé los huevos, que tampoco eran grandes, pero Dios no los diseñó para que también crecieran con el deseo… Con trabajo, pero le bajé la trusa liberando el pene que resorteó con la maniobra y la prenda resbaló al suelo cubriendo sus pies. Después giré el brasier para desabrocharlo fácilmente por el centro, desprendí su cara de mis tetas y me puse a mamarle el pene, jugué con su prepucio y sus huevos, lamí el tronco y me metí una por una sus bolas; él seguía de pie con la cara volteada hacia arriba y con los ojos cerrados “¡Qué rico!”, gritaba y ...
... yo le contestaba “Sí, lo tienes muy rico” y seguía chupando y saboreando su presemen. Me puso de pie, me abrazó con una sola extremidad y con la otra mano me bajó las pantaletas, las cuales se deslizaron para cubrirme los pies. Se apartó de mí para verme completamente desnuda, y yo lo miré a él, noté que estaba en muy buena forma y me relamí los labios adelantándome al banquete que me daría. Me volvió a cargar para depositarme en la cama, me abrió las piernas y su lengua probó los líquidos que mi vagina habían estado segregando desde media hora antes, cuando acaricie su pene sobre la ropa. No sé si yo he corrido con mucha suerte o si todos los hombres saben cómo usar su boca en una mujer, particularmente al recorrer la cavidad bordeada por cuatro labios, sorbiendo delicadamente el clítoris, pues éste también fue el caso: ¡me hizo venir varias veces! Hubiera dado igual felicidad haciendo un 69, pero no podía pensar en nada más, todo mi ser estaba concentrado en el chupeteo goloso que me daba Felipe y escuchar la manera en que su boca saboreaba mis jugos, mis manos aprisionaban su cabeza para que él no dejara de dar combustible a mi alma que viajaba al cielo…
Pasaron como quince minutos y se incorporó para darme un rico apachurrón. Del brilloso glande escurría un hilo viscoso manifestando el deseo que tenía de penetrarme. ¡Su miembro se deslizó en mi interior con suma facilidad! Puso una mano en cada una de mis tetas, me besó en la boca e inició el movimiento del amor y con ...