La Terapia de mi mujer
Fecha: 10/05/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... orgasmos.
Esta situación se prolonga durante más de cinco minutos y solo para cuando el Sr. Logan se ha corrido en su culo, también lo hace metiendo su poya hasta lo más profundo y al sacarla, como antes pasó con la corrida del Sr. Johnson, el semen chorrea desde su culo hasta el suelo. Accionan la polea para bajarla, pero antes de llegar al suelo paran y la obligan a limpiar sus poyas con la boca, ella lo hace con esmero, lame como puede esas poyas hasta recoger cualquier resto de semen ó flujos que pudiesen tener, incluso las succiona para extraer los pequeños restos de semen que pudiesen quedar en su interior.
Una vez que ellos consideran que ha terminado la depositan en el suelo boca abajo, tan solo sueltan el gancho de la polea, pero mantienen el resto de sujeciones, incluida la atadura de sus tetas y la ordenan limpiar el suelo, ella no tiene más remedio que moverse como si fuese un gusano y cada vez que hace el más mínimo movimiento, son sus tetas las que se aplastan un poco más. Como puede sorbe los restos del semen de los dos hombres y de sus propios flujos esparcidos por el suelo, mientras que ellos charlan sobre sus planes para esta noche ignorando a mi mujer.
El suelo ya está perfectamente limpio, pero ella sigue lamiendo y moviéndose como puede hasta que, sin dejar de hablar, los dos hombres se agachan junto a ella y la liberan de todas las sujeciones.
Se ve que todo su cuerpo esta ...
... anquilosado por que es incapaz de mover sus extremidades y no deja de quejarse con pequeños gemidos cada vez que sueltan alguna de ellas, en cuanto a sus tetas, una vez que han retirado las cuerdas, están deformadas y llenas de marcas. El Sr. Logan recoge todo, coloca las correas en su lugar y se van dejando a mi mujer tirada en el suelo sin preocuparse ni un ápice por ella. Al rato entra una mujer con atuendo de enfermera, una camilla y acompañada por dos chavales jovencitos que tambien visten atuendo sanitario.
La mujer, que tendrá unos cincuenta años, se agacha junto a Elena y la pregunta que tal está, lo hace con la máxima dulzura, intenta que sea mi mujer quien se ponga en la camilla, pero sus piernas aún no la sostienen, así que los chavales la cogen, la tumban en la camilla, la cubren con una sábana y se la llevan a la sala de recuperación.
Yo me quedo pensativo mientras observo la sala vacía donde hace un momento he presenciado como dos hombres han violado y torturado a mi mujer, con su consentimiento. Ninguna sesión había llegado a este extremo, ni las que yo he presenciado, ni las que Elena me ha contado. Necesito que me den alguna explicación, así que, mientras mi mujer es atendida en la sala de recuperación, hablaré con Laura, la encargada del centro, aunque tal vez debería esperar a mi mujer, al fin y al cabo ella es la paciente, pero sea como sea me siento incapaz de controlar esta situación.