1. Cuckold (3): La vecina de enfrente


    Fecha: 17/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... tronco y empezó a pajearme, mientras seguía chupándola, a la vez que Pablo seguía cogiéndola.
    
    Era tan hábil, que se dio cuenta del momento justo en que me venía. Me pajeó con mayor vehemencia y mi inexperta verga pronto escupió toda la leche en su cara. El semen se resbalaba por sus labios. Ella sacó la lengua y se tomó el líquido viscoso.
    
    Enseguida Pablo eyaculó en su ombligo.
    
    Lo que nos faltaba en experiencia nos sobraba en vitalidad. Enseguida fuimos por la segunda vuelta. Esta vez cambiando los papeles. Yo conocí el calor de su sexo, mientras Juanca se la metía en la boca. Pablo se acercó por el otro costado, y Marcela tuvo la gentileza de no dejarlo con las ganas, y utilizó las manos para satisfacerlo.
    
    El olor a sexo llenó cada rincón de esa habitación. Marcela gozaba sin disimulo cada vez que nos metíamos por algunos de sus orificios.
    
    Llegando al final, exhausta, se puso boca abajo y nosotros nos turnamos para hacerle lo único que nos faltaba: un buen anal. Nuestros sexos, incluso el de Juanca, se metían con extraña facilidad en ese orificio. Las tres eyaculaciones terminaron en sus nalgas, convirtiéndose en una sola masa espesa.
    
    Ya se estaba haciendo de noche.
    
    —Ahí tienen algo para contarles a sus nietos —dijo Marcela desde la cama—. Una linda historia que sólo ocurre algunas veces en la vida.
    
    Nos acompañó, desnuda y repleta de nuestro semen hasta la salida. Aunque no se asomó a abrir la puerta. La saludamos con un beso.
    
    Jamás volvimos a ...
    ... verla.
    
    Muchas veces nos reunimos a especular sobre qué carajos fue lo que sucedió. Tal vez estaba loca, solía decir Juanca. Pablo se inclinaba a pensar que era una ninfómana. Yo imaginaba que simplemente quería hacer algo diferente antes de irse a vivir a un lugar lejano. Quizás era infeliz en su matrimonio. A lo mejor era la venganza por muchas infidelidades del marido. Hubo decenas de hipótesis. Algunas nos daban gracia. Otras, un poco de miedo. Pero nunca supimos la verdad.
    
    Yo decidí que los motivos ya no importaban. Simplemente debía guardar lo sucedido, como uno de los recuerdos más felices de mi vida. Y así lo hice.
    
    Dos días después
    
    C.A.B.A
    
    Marcela se cubrió el cuerpo desnudo con la fina sábana que compró para estrenar en su nuevo hogar. Néstor salió del baño. Es un hombre bajito y canoso, pero con una mirada oscura y penetrante.
    
    Se metió a la cama con su esposa. Ella extendió la mano y le acarició el pecho peludo.
    
    —¿Querés que te cuente? —preguntó Marcela.
    
    —Veo que te fue bien —dijo Néstor.
    
    —Me dio un poco de miedo al principio —dijo Marcela. Su mano bajó lentamente.
    
    —Ya lo sé, pero sabía que iba a salir todo bien.
    
    —Pensé que no se iban animar —Agregó ella—. Pero después se me vinieron al humo.
    
    Masajeó el tronco de su marido, encontrándolo totalmente flácido. Sabía que no se pararía con simples masajes. Sólo había una cosa que podía empinar el sexo de Néstor.
    
    —Pero tenías razón, fue una experiencia única.
    
    —Contame todo —dijo ...
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