1. El harem (I): La llegada


    Fecha: 19/05/2022, Categorías: Transexuales Autor: Tatianacros, Fuente: CuentoRelatos

    A la hora fijada me llegue a las inmediaciones de su casa, al lugar donde me había dicho que le esperara. Como me había él indicado, solo llevaba en una mochila una peluca, una faldita corta, un top, varios tangas, medias y ligueros y dos pares de zapatos y unas sandalias con mucho tacón. Mi clítoris y cumpliendo su indicación, lo había encerrado en una hermética jaula metálica color plata. Me recogió con su coche en aquella glorieta donde habíamos quedado y puso dirección por la autovía de La Coruña.
    
    Desde el primer momento me di cuenta que llevaba el pollón fuera de su bragueta y nada más saludarle con un beso en la boca, me dijo “empieza puta”, yo le pregunte que “qué es lo que deseaba” y me respondió “empieza a pajillearme, pajillera barata”. Yo obedecí y comencé a agarrar su pollón, meneándosela de arriba hacia abajo poniéndosele el rabo duro y erecto a mas no poder, hasta que con el dedo me señalo que deseaba que bajara mi cabeza y comenzara a comérsela. Como buena puta, me eche sobre su regazo y como loba hambrienta metí aquella erecta polla en mi boca y comencé a succionarla como si de un caramelo se tratara.
    
    Enseguida y tras algunos kilómetros, se apartó en un área de servicio y antes de llegar a ella, me ordenó que cesara en mi trabajo de pajillearle y que metiera su polla en el pantalón, cosa que hice obedeciéndole al instante. “Vamos a los baños putón” me dijo y “llévate tu mochila”. Una vez en los baños, me empujó hacia uno en concreto y cerró la puerta. ...
    ... Con un gesto me indicó que comenzara de nuevo a lamerle su rabo. Sentada en el wáter comencé a hacer la tarea ordenada, baje sus pantalones, deje en libertad sus 20 centímetros de polla y empecé a lamerla como una perra en celo.
    
    Durante casi diez minutos estuve realizando mi labor de mamona consentida, hasta que note como se venía, sacando su sable de mi boca y ayudándole con mis manos, explotó sobre mi cara, llenándome de aquel néctar caliente y jugoso. Seguidamente me ordenó que le limpiara su pija con mi lengua y me metiera en mi boca toda la leche que cayó sobre mi cara, así lo hice, recogiéndome los restos de su leche que habían caído sobre mi rostro y me trague toda su rica lefa, que cada vez más me gustaba, pues tenía un olor y un sabor especial a muy macho.
    
    Dándome un trozo de papel higiénico, me dijo “sigues siendo la mejor puta que he tenido, límpiate ramera y vamos para fuera”, “al salir te metes en el baño de señoras, te maquillas y transformas como una linda putita, quiero que causes sensación en el lugar donde te voy a llevar, estos días vas a disfrutar, perra”. Aquello me puso nerviosita y obedeciendo, al pasar por el baño de señoras, me introduje en él y comencé a vestirme de nena bien putita. Allí me puse la faldita corta color salmón que llevaba en la mochila, un top rojo que dejaba al aire mis hombros y espalda, unas medias de red rojas y las sandalias con plataforma de 12 centímetros. Tras colocarme correctamente la peluca caoba que había echado en la ...
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