1. El harem (I): La llegada


    Fecha: 19/05/2022, Categorías: Transexuales Autor: Tatianacros, Fuente: CuentoRelatos

    ... Hadifa, como si os lo dijera yo, que sepáis que aunque ella es esclava mía, vosotras sois esclavas de ella” y dirigiéndose a Hadifa, le dijo “que se bañen todas bien y que se aseen principalmente sus coños, cuida de que los enemas hagan bien su función, quiero putas totalmente limpias por dentro, ahhh y márcalas con las iniciales de sus dueños, para que sepamos a la cuadra que pertenece cada una”, y añadió: “que se vistan como te dije y en menos de una hora tienen que estar listas para atender a sus amos”, Hadifa contesto “si mi amo”. Dio dos palmadas y dijo “esclavas seguidme”. Todas nos fuimos tras de ella muy ligeras, salvo Azahara, que fue abordada por el amo Hamtum, cogiéndola fuertemente por una de sus muñecas y se quedó con ella.
    
    “Desnudarse y meterse en la piscina” dijo Hadifa. Y se comenzaron a mostrar lindos y estilizados cuerpos de bellas chicas, modelados en cuerpos de hombres, lo que se apreciaba sobre todo, porque todas llevábamos nuestras colitas enjauladas. Resultaba bellísimo ver aquellos culazos imponentes, cuerpos esculturales de siete machos españoles, convertidos en putas al servicio del morbo y el deseo sexual de aquellos ricos hombres árabes, que eran nuestros dueños.
    
    Tras unos cinco minutos se unió a nosotras Azahara y se metió en la piscina, al preguntarle Noelia por su tardanza, dijo que Hamtum la había abrazado y metido un dedo en su coño y tras besarla y decirle “algún día serás mía”, la dejo venir.
    
    Hadifa nos fue llamando una a una y nos ...
    ... fue poniendo un enema, pese a que todas lo habíamos hecho antes de salir de casa, insistiendo ella que aun así, había que ponérselo porque lo había ordenado el amo y que ésta operación, se haría varias veces para tener limpios nuestros coños, añadiendo “abstenerse de comer mientras no se os diga, tenéis que mantenerse por dentro como una patena”.
    
    Después nos llevó a un vestidor, donde había muchísima ropa de mujer, allí nos ordenó maquillarnos y que nos pusiéramos uno de los conjuntos de diferente color, que habían dispuestos para cada una de nosotras. Consistía en un tanguita, un sujetador, unas medias de malla, todo del mismo color y cada una con un color diferente, zapatos de tacón, y un velo transparente que cogido con unos pasadores de pelo a cada lado de la cabeza, nos caía desde por encima de la nariz hasta el ombligo, dejando sin velo, de los ojos hacia arriba, una especie de niqab transparente. También nos pusimos todas un collar de cuero de color oro, con argolla y un letrero que decía “esclava”.
    
    Hadifa, no soltaba para nada su fusta y comprobé como en dos ocasiones le dio con ella a Esther, porque se retrasaba. Una vez todas habíamos terminado, Hadifa nos dijo el orden que deberíamos mantener una detrás de otra cuando fuéramos andando, o una al lado de la otra cuando estuviéramos paradas. A mí me tocó la segunda, entre Ruth y Melisa.
    
    En ese momento Hadifa nos dijo que íbamos a ser objeto de una subasta para adjudicar cada esclava a aquel amo que más pagara ...