1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 20)


    Fecha: 07/06/2018, Categorías: Poesía Erótica, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... resolver los problemas: no solo para confabular contra mí. Y esa es la primera fase. En la segunda hay que conectar todas las colonias exteriores del reino republicano este que habéis creado.
    
    Unos días después, la Princesa, Ramírez y sus escoltas, partieron rumbo a Evangelium, donde se estaba concentrando la flota de invasión. Nada más llegar, se reunió con Matilda y la encontró muy cabreada.
    
    —¿Te puedes creer que a última hora tienen dudas? Voy a empezar a estrangular consejeros de un momento a otro.
    
    —¿Y el general Burk que dice? —preguntó la Princesa Súm.
    
    —Que va a decir. Ahora está reuniéndose con unos y con otros, igual que Rizé.
    
    —¿Pero que argumentan? —preguntó la princesa sin entender nada.
    
    —Que hay que esperar una semana para estar más seguros, —respondió Matilda—. ¿Más seguros de qué? Tenemos un millón tíos amontonados en los transportes, mientras ellos tienen los huevos bien descansados.
    
    —Tía, tranquilízate. Burk y Rizé lo arreglaran.
    
    —¿Qué me tranquilice? Que podemos esperar de esta banda de… de…
    
    —¿De qué? —preguntó riendo.
    
    —¡No sé! No se me ocurre nada lo suficientemente burro. ¿Te has dado cuenta de que tú y yo somos las únicas mujeres del puto consejo? ¿Qué pódenos esperar de este atajo de… hombres?
    
    La Princesa se meaba de la risa junto con Ushlas, que durante todo el tiempo había asistido, silenciosa y divertida, al arranque de furia de Matilda.
    
    —Míralas, las dos… pitufas.
    
    —¿Qué es una pitufa? —preguntó Súm a ...
    ... Ushlas.
    
    —Algo azul de la Tierra, pero no lo tengo claro.
    
    Burk y Rizé entraron en la habitación, interrumpiendo la conversación.
    
    —Os doy mi palabra, de que en la vida he visto a tíos con la cabeza tan dura, —exclamó Rizé sentándose en un sillón—. Me duele la cabeza de discutir con ellos.
    
    —Ya sabéis que los políticos si no ponen problemas no se quedan tranquilos, —añadió el general Burk—. Lo que importa es que la operación “Puño Mortal” se pone en marcha, mañana a las 4:00, hora de la flota.
    
    Unos minutos después, el general Tokat se unió a la reunión y juntos ultimaron detalles concretos de la operación.
    
    Cinco horas antes del ataque, la Princesa Súm estaba en su transporte con parte de sus tropas. Ramírez montó un parapeto con cajas de equipo en un rincón y metió detrás a la Princesa. No la pareció bien, pero no se quejó. Apoyó su espalda contra el fornido pecho de Ramírez y se dejó abrazar.
    
    —Vamos nena, relájate, —decía Ramírez con suavidad. Él, mejor que nadie, sabía, que la víspera de entrar en combate, la Princesa siempre estaba tensa.
    
    —Estoy preocupada. Se me ocurren cincuenta mil cosas que pueden salir mal.
    
    —¿Tantas? No creo.
    
    —Claro que sí. Tío, nunca he dirigido tanta gente. Trescientos mil soldados. ¡Es una pasada!
    
    —No es ninguna pasada: para ti no. Matilda liderara la batalla y mandara directamente a seiscientos mil soldados.
    
    —¡Yo no soy Matilda!
    
    —¡Claro que no!, tú eres la Princesa Súm, pero eres igual de importante que ella. ¿Por qué no ...
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