Piso mixto
Fecha: 20/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... el coñito pelirrojo... A ver, siéntate en el sofá y ábrete de piernas, anda.
¿Por qué estaba haciendo esto? Me estaban tratando como a ganado, como a una puta barata a la que fuesen a contratar... Y lo peor de todo, ¿por qué les estaba haciendo caso y por qué estaba deseando que me diesen más órdenes? ¿Por qué me estaba sentando en el sofá y abriéndome bien de piernas con una sonrisa pícara en mi cara?
Raúl fue el primero que se acercó y me tocó la apertura de mi coño. Así, sin pedir permiso, sin miramientos.
—Anda bro, esto está ya empapado... A ver... —dijo, mientras me hundía dos enormes y gruesos dedos con facilidad. Yo solté un suspiro de placer, más como un ronroneo.
Raúl sacó los dedos relucientes y empapados y se los llevó a la boca. A continuación, Tony me metió mano, buscando con dedos gentiles entre los pliegues de mi coño... Hasta que encontró mi clítoris.
—Oh... —empecé a agitarme de placer. Sus dedos eran suaves y hábiles, y sabían exactamente cómo hacerme estremecer.
—Esta perra está a punto, bro —observó Raúl, sacándose la polla. Yo me sorprendí de ver aquel pedazo de herramienta: era mucho más grande de lo que había sentido cuando lo besé.
—Ya veo, tío... A ver ahora qué sabes hacer tú —me dijo Tony, deteniendo sus tocamientos para también descubrirme su polla. Era un poco mayor que la de Raúl, pero quizá debido su mayor estatura. Aquellas dos enormes trancas apuntaban directamente a mi cara mientras me incorporaba, deseosa. Pero, en ese ...
... momento, sonó el teléfono.
—Joder, ¿quién coño es ahora? —dijo Tony, molesto, mientras yo me levantaba de un salto a mi bolso para coger mi teléfono.
—Es mi novio... —dije con una sonrisa nerviosa. Miré a los dos chicos como esperando instrucciones de si cogerlo o no.
—Anda, cógeselo. Pero ve poniéndote de rodillas —dijo Raúl. Aquello no me gustaba ni un pelo.
—¿Qué dices? ¡Que nos va a oír! —respondí. El teléfono seguía sonando.
—¡Cógelo que se corta! —apremió Raúl.
Yo descolgué el teléfono.
—¿Sí? Dime cariño.
—Oye cari... ¿qué tal va todo? Estás tardando mucho y no respondes a mis whatsapps... ¿has visto ya el piso?
—Eh... sí, lo he estado viendo... —respondí nerviosa. Raúl y Tony me hacían señas para que me pusiese de rodillas entre ellos. Obedecí sumisa.
—Bueno... ¿y qué te pareció? —seguía diciendo mi novio. Se estaba percatando de que algo pasaba.
—Oh... Está muy bien, voy a firmarlo... —respondí un poco distraída. Raúl y Tony me estaban acercando sus pollas a escasos centímetros de mi polla, visiblemente divertidos con la situación. Raúl intentaba contener la risa mientras hacía amagos de golpearme en la cara con su rabo.
—¡Eso es genial, amorcito! —seguía respondiendo mi novio. En ese momento, Tony me metía la polla en la boca y Raúl terminó por darme un par de golpecitos con su húmedo glande en mi mejilla—. Bueno, yo estoy bastante liado con lo de la tesis, pero no me podía concentrar pensando en ti...
Me saqué la polla de Tony ...