1. El Ayudante (Cap. 4): Comiendo a Seungyeon II


    Fecha: 25/05/2022, Categorías: Hetero Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos

    El Ayudante dejó que la sexy morocha se acostumbrara a su tamaño, sintiendo como ese apretadita intimidad se engullía con gusto todo su miembro. Apoyó sus brazos en el escritorio, a cada lado del rostro de Seungyeon, y comenzó embestirla con una fuerza que hizo rechinar y tambalear el escritorio.
    
    Y Seungyeon sólo pudo abrazarse y aferrarse más a él, comenzando a gemir y gritar ya sin poder controlarse, mientras su cuerpito era embestido contra el escritorio que, a pesar de verse tan moderno y firme, parecía listo a sucumbir en cualquier momento con la fuerza con la que se la estaban follando. No pasó mucho, apenas unos cuántos minutos, hasta que sus ojos se nublaron en placer de nuevo y su cuerpo empezó a temblar con el preámbulo de un nuevo orgasmo. Cerro sus ojos, arrugando el puente de su nariz y apretando su mandíbula en una mueca de placer, mientras sentía su cuerpo invadido por oleadas de goce sexual, viendo luces y flashes antes de volver a correrse contra el cuerpo de aquel hombre desnudo que la penetraba, comprimiendo su miembro entre las paredes de su intimidad mientras su curvilíneo cuerpito convulsionaba por el delicioso orgasmo.
    
    El desnudo hombre sólo disfrutó de como la vulva de la mujer en sus brazos parecía casi exprimir a su verga, y tuvo que resistir la tentación de seguir sus embestidas hasta llenarla con su semilla. No, aún quería disfrutarla un poco más. Rodeando la delgada cintura de la Idol con un brazo la cargó, separándola del escritorio, ...
    ... dejando su pequeño cuerpo empalado con su miembro hasta la base, comenzando a caminar hacia el gran ventanal de su oficina. Allí la acomodó de espaldas contra el vidrio, tomándola de sus firmes muslos para sostenerla.
    
    La morocha soltó un pequeño gritito ante el contacto de su húmeda espalda con el frío cristal, y esto pareció devolverla a la realidad luego de aquel nuevo orgasmo que había vivido momentos atrás. Mordió su labio inferior al notar la nueva posición, girando a un lado su cabeza para ver hacia el exterior. Estaban en uno de los pisos más altos, y las luces nocturnas de la ciudad le hicieron sentir un hormigueo en el estómago, junto a una nueva excitación que acompañó demasiado bien el placer del sexo. Claro, era un vidrio espejado y nadie podía espiarlos desde fuera, pero la sola idea de que en ese momento alguien la estuviera viendo a ella desde otro edificio era suficiente para acelerar su corazón.
    
    "Mmh, tu coñito acaba de apretarse un poco más, ¿Te gusta la idea de ser observada?" Murmuró junto a su oído antes de atrapar el lóbulo de su oreja entre sus labios, chupando suave y comenzando a mover su cadera para empezar a darle embestidas lentas pero firmes. "Alguien allí fuera podría estar viéndonos."
    
    "Aah, Ayudante-... ¡Mmgh!" Comenzó a gemir nuevamente, aferrándose a la espalda de su Ayudante mientras empezaban a embestirla contra el cristal de aquel enorme ventanal. No pasó mucho tiempo antes de que el vidrio comenzara a empañarse con la humedad y calor ...
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