1. El mal clima.


    Fecha: 27/05/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... color). Calcetines. Playera color blanca, sin estampados, cortita, abdomen al aire (una ombliguera). Dejaba destacar mi cinturita, calcaba las curvas de mis senos y mis pezones chismosos (en mi familia todas heredamos lo culonas, jajaja, y unas aureolas grandes coronadas por unos pezones nada discretos, jajaja es real). Recuerdo no usar sostén. Traía un short negro de elástico ancho a la altura de la cintura. Cubría desde el inició de mis nalgas hasta donde terminaban con una tela delgada. Se subía un poco, dejando ver, la parte baja de mis posaderas regordetas. Al caminar (trajera tanga o un calzón normal) la tela floja se metía obligatoriamente entre mis glúteos (jajaja). La prenda exhibía mis piernas blancas y gruesas al completo. Bajo el short una tanga blanca de triangulo pequeño que cubría mi vagina y por atrás tenía un moñito de color blanco del cual se tiraba un hilo delgadito entre mis pompis.
    
    Mi papi es muy moreno. Gordito. Chaparrito (mide como 1.60). Tendría unos 50 años. Calvito y usa lentes. Vestía un pantalón de mezclilla y unos tirantes color cafés. Botines de trabajo. Camisa azul a cuadro negro.
    
    La camionetita de papá se escuchó estacionándose. Entró muy feliz. Venía de tomar cerveza en el partido de mi medio-hermano. En sus brazos cargaba dos doce-pack que dejó sobre una mesita de la sala. Se paró en la puerta que daba al patío donde mamá lavaba. Hablaban como a cinco pasos de mí. Escuché pedirle a mamá que lo acompañara. Pagaría a don Pedrito, su ...
    ... amigo. El jardinero de la “Uni”. Era un viejito (no sé, de unos 70 años) que acababa de enviudar y necesitaba dinero. Chaparrito cómo papá pero no tan gordito como él. Rostro redondo. Muy buena gente. Pasaba por los pasillos empujando su bote con llantitas mientras saludaba a todas las personas que se encontraba a su paso. Nunca lo vi sin su gorra azul marino. Siempre traía las camisas mojadas de sudor y pantalones sucios. Tenía la piel blanca pero de tanto sol se veía rojo el viejito.
    
    -Tú también vas -Dijo papá quien me sacó de concentración dándome una nalgadita.
    
    -¡Papá! -Grité junto con unas carcajadas sin perder de vista el programa de tv. Él estaba parado a mis pies, al final de sillón. De reojo lo sorprendí viéndome las nalgas y piernas. Volví la mirada al programa. Comencé a excitarme mucho (quise darle algo que no olvidaría). Apoyé rodillas y pies para levantar un poco las pompis, sin despegar mis pechos del sillón. Las nalgas quedaron restirando el short negro. Simulé buscar el control escondiendo mi mano bajo el cuerpo, a la medida de mi ombligo y estiré el short. Sentí la presión que generaba aquel re-estirón en mis grandes glúteos. Dejé de estirar. Saqué la mano para tenderme de nuevo sobre el sillón pero mis nalgotas no querían soltar la tela del short. Papá seguía ahí parado. –Entonces ¿Si vamos a ir? Para ponerme una cachucha -Pregunté sin despegar ojos de la televisión y al momento, acostada, llevé mi mano hasta en medio de mis pompis. Metí los dedos, hasta ...
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