Ella Contenta
Fecha: 28/05/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... eches una manita… ya sabes…” me dice tras cerrar la puerta del despacho a su espalda.
Herminia es una mujer de unos treinta, que lleva ya varios años en la empresa y se que se caso hace poco tiempo. Es una mujer muy atractiva y sensual, que a pesar de la ropa de trabajo insinúa unas curvas espectaculares.
- “Ya miraré el cuadro de horas extras y quizás la pueda incluir para que se quede por las tardes o algún sábado”, le digo tratando de agradar para que ella se vuelva a sentir generosa conmigo y quizás me repita una chupadita bien rica.
-“ Ella esta deseando hacerlas y te puedo asegurar que no te vas a arrepentir. Me ha dicho que te diga que te lo va a agradecer mucho. Quizás de una forma muy especial, pienso yo. Seguro que sabe hacer muchas mas cosas que yo, ella ya lleva casada varios años”, dice con bastante picardía.
-“¿te la imaginas aquí agachada haciéndote cositas?” me pregunta
Me cuesta imaginar la cara casi angelical de Herminia colocada entre mis piernas, mirando con gula mi polla erecta, mientras sus manos me acarician delicadamente.
A pesar que está muy rica, siempre he pensado que era un sacrilegio imaginarla haciendo el amor como una perra viciosa. Me costaba mucho imaginar esa escena, quizás sentía un deseo platónico por ella, y hasta ahora no se me paso por la cabeza el poder disfrutar de su cuerpo.
Ahora parece que eso se me ofrece en bandeja de plata y me va a costar mucho decir que no.
-“ Como me ha dicho que tienes prisa, te dejo. ...
... Ya me dirás algo respecto a Herminia”, me dice a modo de despedida y como dudando que la esté oyendo.
Creo que he imaginado tan bien a Herminia haciéndome “cositas”, que la mirada se me ha quedado perdida. Tamara se ha dado cuenta y me mira comprensiva.
-“Ya veo que te ha interesado la cuestión, también creo que te gustaría probar esto que tengo guardadito para un “niño goloso” como tu”, me dice desabrochándose la bata hasta la cintura y enseñándome sus muslos y pubis.
-“No insistas, no me puedo quedar… en diez minutos tengo reunión”, le suplico.
Ella no me hace caso y se empieza a tocar delante de mis narices, con desparpajo e intensidad. Se frota fuerte con la mano y enseguida empieza a jadear.
-“ Mira cómo se me ha puesto… ¿no lo puedes calmar un poquito?… cuando vuelvas ya me habré ido a casa, y hasta por la noche no veo a mi novio.
-“ Además tengo muchas ganas de sentirte dentro…” añade
Yo me miro una y otra vez el reloj. Se que no me da tiempo a casi nada, que no puedo faltar a la reunión y que Tamara debe tener un coño muy jugoso y prieto.
Por fin reacciono, doy una vuelta a la llave de la puerta, me bajo los pantalones y dejo al aire mi polla que apunta a cielo con soberbia. Tamara hace ademán de querer engullirla de nuevo, la detengo y le muestro lo que realmente deseo.
La hago sentar en el borde de la mesa y le levanto las piernas. Ella se recuesta sobre mis papeles y pone su chochito justo en el borde de la mesa, al alcance de mi mano y a ...