1. Camila: la calentura puede más que la razón (capítulo 1/?)


    Fecha: 31/05/2022, Categorías: Hetero Autor: yesska, Fuente: RelatosEróticos

    ... prominentes tetas de la chica. Fue por ello que se portó muy servicial:
    
    Chófer
    
    : no te preocupes corazón, no te cobro, por cortesía.
    
    Camila
    
    : ¿Ah?, gracias, qué amable por subirme gratis.
    
    Chófer: no hay de qué, estamos para servir, pásale.
    
    Ya arriba, se percató de que no había asientos libres y tuvo que irse hasta al fondo del camión, donde se quedó de pie, para tratar de evitar el bullicio de los adolescentes. Dado que con su 1.60m los tubos le quedaban altos, tuvo que agarrarse de los asientos. Unas calles adelante, abordó un hombre joven, de aspecto algo desaliñado, de estatura media, 1.75 por mucho, y fue tal la suerte de Camila que aquel individuo fue a parar directamente detrás de ella. Cabe mencionar que el sujeto llevaba una camiseta desmangada y un pants de los holgados, aparentaba que iba a correr a alguna parte.
    
    Instantes después, Camila comenzó a sentir que el sujeto se pegaba cada vez más a ella, y como el espacio era muy reducido, no pudo cambiarse de sitio y debió aguantar el arrimón que le estaba dando a su bien formado trasero. Y así siguieron las cosas, hasta que ella pudo sentir como, poco a poco, se fue endureciendo y agrandando ese bulto, el que ahora estaba frotándose de manera leve pero insistente con sus nalgas, a lo que ella no reaccionó, pues no quería armar un escándalo, tenía una imagen que cuidar.
    
    Sin embargo, el sujeto siguió tallando, cada vez con más descaro su verga, ya bien erecta, contra los suculentos y redondeados ...
    ... glúteos de nuestra protagonista, quien cada vez sentía mejor aquella reata. Por el tipo de ropa que ambos llevaban, parecería que fueran restregándose piel con piel. Hasta que un tope hizo que el camión diera un salto y ella reaccionó agarrándose con fuerza de los sillones, con lo que de manera ¿
    
    involuntaria
    
    ?, arqueó su espalda y levantó más ese culote, lo que aquel fulano tomó como una invitación, y fue ahí cuando aprovechó para acomodar su pito ya completamente tieso entre la separación de los nalgas de Camila, que estaba muy marcada, dada su vestimenta.
    
    Ante tal situación, Camila empezó a sentir cierto calorcito en su entrepierna, además de una humedad en su tanga cada vez mayor, por lo que actuó, sin pensar en las consecuencias, y empleando la mochila que llevaba para el
    
    gym
    
    como cobertura, cooperó. En un principio, se limitó a darle leves apretones al chorizo del individuo, mismos que produjeron quejidos de su parte, y como no, si prácticamente le estaba estrujando la verga con esas nalgotas, el placer que sentía el sujeto era enorme.
    
    Ahora sí que el tipo estaba ansioso porque su palo pudiera sentirlas mejor, creyó que lo más probable es que desnudas fueran el paraíso, y era un hecho que de haber practicado esa misma acción desnudos, habrían acabado aquel par de pompas bañadas en chorros de espesa leche.
    
    Tras lo anterior, era inevitable que por su mente cruzara la idea de clavársela:
    
    Anónimo
    
    : “no mames, qué ricas nalgas tiene está vieja, ya ...
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