Camila: la calentura puede más que la razón (capítulo 1/?)
Fecha: 31/05/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: yesska, Fuente: RelatosEróticos
... gimnasio.
Kamila
: “estaría mejor que me lo hubiera echado dentro”.
Camila
: “¡no!, qué ideas tengo, a este paso tendré que irme a confesar, ando muy descarriada”.
Luego de esto, siguió su camino hacia el gimnasio, así caliente como estaba.
Escena III.
La estancia en el
gym
se dio sin contratiempos, salvo las usuales miradas libidinosas. Sin embargo, ella consideró todo ese lapso la invitación de Pedro a probar su chile, tan es así que su panocha se mantuvo húmeda todo ese rato, y no precisamente por el sudor.
Fue así que al terminar su rutina pasó a las regaderas para ducharse. Durante estos minutos, Camila estuvo tentada a masturbarse para saciar un poco su necesidad de sexo. Con lo que no contaba es que al sentir el agua corriendo por su curvilíneo cuerpo, su piel se iba a erizar al recordar a aquel hombre y su herramienta.
Por tal motivo aprovechó su cuerpo enjabonado para acariciar sus duras tetas y pellizcar suavemente sus pezones, y ya había bajado la mano a su ya muy mojada panocha, para comenzar a deslizar un dedo sobre su sensible clítoris, y fue ahí cuando se detuvo, pues pensó:
Kamila
: “mmm, mejor me aguanto y voy a ver qué tiene Pedro para ofrecerme, mis dedos no me van a bastar esta vez, necesito carne, de hombre”.
Camila
: “no debería tocarme así aquí, es un lugar público, qué dirían de mí si me vieran; además no debo meterme con el vecino, qué dirán de mí”.
A continuación, terminó la ducha y se dispuso a ...
... vestirse. En su mochila traía una faldita negra que a duras penas cubría ese culote, pues se le levanta por acción del mismo; así como una blusa roja escotada y abierta por la espalda. De ropa interior un conjunto rojo de brassier de media copa y una tanga; y unas zapatillas negras de tacón alto, y abiertas. No cabe duda que a nuestra protagonista la atención le fascina.
Posteriormente, tomó el transporte para dirigirse a casa de Pedro. Una vez ahí tocó el timbre, y éste salió, visiblemente sorprendido.
Pedro
: hola vecinita, qué gusto verte por acá, dime, ¿qué te trae por aquí?
Kamila
: hola, verás, es que vengo llegando del
gym
y se me acabó el agua, y don Erick no quiso fiarme hoy, porque ya le he pedido varias cosas esta semana, así que vengo muriendo de sed y necesito líquido. ¿Podrías darme... un poco de agua?
Pedro
: por supuesto, yo te doy... lo que quieras, agua, refresco, leche… lo que gustes. Adelante, pasa y ponte cómoda mientras te sirvo el agua.
Kamila
: ¡ay gracias!, te tomaré la palabra, conste eh.
Y mientras Pedro fue a buscar el vaso, se dio cuenta que no había uno limpio, y como él no sabía dónde guardaba Martha, su esposa, el jabón, tardó en buscarlo. Simultáneamente, Camila observó que la puerta de la habitación principal estaba abierta, así que se le ocurrió entrar. Y sin perder tiempo se despojó de su ropa, hasta quedar desnuda del todo, y así aguardó a Pedro. De repente vio una foto de la pareja en una mesa al lado de la ...