1. Camila: la calentura puede más que la razón (capítulo 1/?)


    Fecha: 31/05/2022, Categorías: Hetero Autor: yesska, Fuente: RelatosEróticos

    ... de la verga empezó a sacar más jugos, que la estaban embarrando sus deliciosos glúteos, mientras que el cuero de la verga subía y bajaba como si lo estuviera chaqueteando.
    
    A la par, Pedro llevó su mano a la jugosa y lampiña panocha de Camila, y la acarició por fuera, empezando con el ya erecto clítoris, hasta llevar un dedo al orificio vaginal, lo que provocó más gemidos de parte de ella. Mientras tanto, y al tener sus manos libres, Camila se dedicaba a masajear sus tetas, que tenían los pezones como rocas. Sus palabras dejaban claro el placer que sentían:
    
    Kamila
    
    : ¡ay qué rico papi!, qué buen palo tienes, mi panocha ya lo necesita adentro y lo quiero hasta los huevos, no aceptaré menos.
    
    Pedro
    
    : tú no te quedas atrás. Tus nalgotas están justo como me las imaginaba al jalármela, y tu panochita está bien jugosa.
    
    Kamila
    
    : ¡ay papito, ya no aguanto más, métemela toda! mmm.
    
    Pedro
    
    : como digas Camilita.
    
    Consciente del escaso tiempo que tenían, Camila se subió directamente a la cama y se puso en la posición que sabía que a él le gustaría más en ese instante, además de ser de sus favoritas: de perrito. Primero arqueó la espalda, la cual se veía tonificada pero muy femenina, para que aquel culote quedara bien parado, con esa panocha completamente lubricada y libre de vello, ya deseosa de sentir aquel chorizo hasta la base. Sólo volteó a verlo por arriba del hombro y le hizo la seña de que lo quería ya.
    
    Y él, por su parte, se la jaló un momento, ...
    ... observando aquellas nalgotas que en esa pose formaban un corazón invertido, esas que tantas veces había deseado, tanto él como muchos otros, y justo ahora tenía en su cama, a su entera disposición. Fue ahí cuando tomó por la cinturita a la chica con una mano y con la otra acercó la cabezota de su verga para que se abriera paso a través de esas suculentas nalgas, rozándolas y haciéndola gemir. Luego las abrió para poder llegar a su objetivo, la entrada de esa jugosa panocha, justo cuando estaba ahí ella exclamó:
    
    Kamila
    
    : ay papi, ya métela, ya me urge, anda, no seas malito.
    
    Pedro
    
    : ahí te va, ricura.
    
    Y él, obediente, acercó la puntita de esa cabezota a los labios vaginales, lo cual provocó un sonoro gemido de ambos, y justo cuando se disponía a meter la parte restante y ya se saboreaba ese caliente y húmedo agujero, se escuchó el pitido de la alarma de un auto.
    
    Pedro
    
    : ¡valió madre, mi mujer, vístete, rápido!
    
    Camila
    
    : ah sí, ¡eso haré!
    
    Y la pareja se vistió como pudo, y Pedro salió a recibir a su esposa; mientras Camila se sentó en la sala, tratando de calmarse:
    
    Camila
    
    : “esta vez sí me pasé, qué miedo, si me hubiera encontrado no sé qué me hubiera hecho, se ve de muy mal carácter esa mujer”.
    
    Posteriormente, entraron los esposos, y Martha saludó a nuestra protagonista:
    
    Martha
    
    : buenas tardes Camila, me sorprende que estés aquí, ¿a qué se debe tu visita? Si puedo saber.
    
    Camila
    
    : buenas tardes, sólo venía de pasada por un chile... que ...
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