Mamani, el boliviano
Fecha: 10/06/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos
Pobre Inés. Pobrecita y hermosa Inés. Melancólica, angelical y desdichada Inés. Preciosa y buena chiquilla. Su cara joven y pálida estaba enrojecida de la vergüenza y la furia. Sus ojos estaban hechos de sorpresa y espanto, sólo le faltaba lanzar un grito ensordecedor, y es porque estaba leyendo un libro, o una novela más bien, que fue publicada meses atrás al otro lado del océano atlántico de donde vive y que en parte, en buena parte, habla de ella. En el libro, ella está diciendo y haciendo, palabras y acciones fuertes que, algunas de ellas sí son verdad y hay otras que nunca sucedieron en realidad, que nunca dijo o hizo, con cierto joven que ya no está cerca de ella físicamente, pero sí sigue estando en su vida, y no sólo en sus recuerdos.
Cosas muy comprometedoras, y muy íntimas, con un joven que ella alguna vez quiso mucho, más que a su propia piel, con quien tuvo una sólida amistad pero nunca llegó a formalizar pareja. Las circunstancias del pasado lo impedían, y las circunstancias del presente lo impiden también. Ella está, desde los diecisiete años, en pareja y ahora comprometida con otro muchacho, un chico afro de origen venezolano, un tal Sebastián Motumbo, que trabaja haciendo oficios de gasista y electricista matriculado, y de albañilería y carpintería. En estos momentos está haciendo también un curso anual de tornería en un centro de formación profesional.
En tal novela también hay referencias a su apariencia física, a sus tatuajes, a su forma de vestir y ...
... de llevar el cabello. A su personalidad, a su fecha de nacimiento y a su actual trabajo en una panadería. A su triste infancia, con un padre biológico que la abandonó ni bien se enteró de su futura existencia, una madre alcohólica, violenta y depresiva que terminó suicidándose cuando era una niña, y un padrastro que la maltrataba psicológicamente hasta que poco después lo enjuiciaron y lo metieron preso por enseñarle los genitales a una niña de cinco años. Un hombre, si es que se le puede llamar hombre, que siempre fue de un perpetuo sentimiento derrotista.
También habla de su intento de suicidio a los doce años en una playa en apariencia vacía, intentando ahogarse nadando hasta el fondo, y que se habría consumado el hecho de no haber sido porque la salvó un inmigrante senegalés que justo estaba allí de paso. Un inmigrante ilegal africano, que ni bien la sacó con todas sus fuerzas de las aguas, empezó a sermonearle sobre el valor que tiene la vida a pesar de todas sus porquerías, recalcándole lo joven que era para tomar una decisión tan funesta y lamentable, en un idioma totalmente extraño que ningún hispano podría entender sin haberlo estudiado antes. Ella lo único que quería hacer en una situación embarazosa como esa, y que terminó haciendo, era alejarse de allí y de él, pidiéndole repetidamente que la dejara en paz, estando empapada hasta el inconsciente.
Viéndolo ya desde la distancia, fue una verdadera lástima que ella no le hubiera entendido nada. Ella en el fondo ...