1. Camila y Martin


    Fecha: 08/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ¿Quién dice que no tienen imaginación? El tren corría veloz camino de la gran ciudad.
    
    Tiempo antes habían decidido salir de la rutina, esa que todo lo apaga. Camila y Martín habían decidido salir de su entorno, de la vida rutinaria que llevaban y para ello habían decidido de mutuo acuerdo correr una aventura; una aventura que fuese original, excitante, pasar unos momentos inolvidables donde iban a jugar el papel de dos amantes solos en un lugar lejano. Habían decidido entregarse a un placer inmoderado hasta donde su imaginación les llevase.
    
    Habían decidido pasar dos días en un hotel entregados a su pasión, si era desmedida mejor. Lo tomaban como un ejercicio saludable que los evadiera por unas horas de la pesada carga de la inercia.
    
    Llegaron al atardecer a su destino y decidieron comenzar con sus juegos esa misma noche. Camila cambió su indumentaria usual por un atuendo excitante, que reforzaba su atracción. Y juntos, después de cenar, se dirigieron al salón-bar del hotel donde había numerosas parejas, quizás con idénticas intenciones.
    
    El salón del club estaba en la penumbra. Sólo las luces indirectas, de colores ácidos, permitían adivinar a las parejas sentadas en los divanes. La música, muy suave, se mezclaba con el murmullo de las conversaciones.
    
    Camila estaba recostada en el sofá con sus piernas cruzadas mostrando sus magníficos muslos. Era una mujer madura. Vestía una falda cortísima y ajustada. Un jersey muy ceñido y con un generoso escote mostraba ...
    ... parte de sus poderosos senos como una ofrenda carnal a su amigo.
    
    Hablaban poco. Ella le acariciaba la nuca a la vez que introducía su lengua en la boca de Martín, mientras que él le acariciaba los pechos, y se fundían ambos en un beso larguísimo. Mientras jugaban con sus labios y sus lenguas, Martín introducía una mano dentro del jersey y rozaba por momentos sus pezones. Esto excitaba enormemente a Camila. Los prolongados besos y las caricias tuvieron como resultado una enorme excitación en ambos.
    
    Camila, con la boca húmeda, se incorporó emitiendo un leve suspiro y tomando la mano de Martín lo invitó a bailar.
    
    Al verla de pie, él pudo apreciar su vigorosa figura. Era alta, pero su estatura estaba aumentada por unas sandalias de altos tacones; la falda, ceñida y la camiseta ajustada resaltaban las curvas sensuales de su figura. Peto aturdido se levantó y la tomó por la cintura. Enlazados comenzaron a moverse muy lentamente en el mismo lugar donde se encontraban. Otras parejas sentadas o bailando pausadamente se adivinaban confundidas en la penumbra del local.
    
    La música era muy suave. Camila apretó su cuerpo contra el de Martín. Las caderas de Camila se movían muy lentamente, con las cadencias de la música, rozaba con su sexo el pene de Martín cuya dureza y tamaño aumentaban por momentos. Camila, al sentir la dureza de su pene, empujaba su sexo contra él con más fuerza. La excitación de ambos se notaba en el jadeo que se iba haciendo cada vez más evidente. Ella notaba ...
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