1. Camila y Martin


    Fecha: 08/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedó tendida, desinhibida, en la cama. Martín hizo lo mismo. Los dos quedaron durante unos minutos inactivos, respirando en profundidad y deseando volver a empezar con los juegos.
    
    Pasados unos minutos ya más relajados, Camila se incorporó sobre él y besándolo le dijo:
    
    “Ahora hazme lo que tú quieras, tan sólo no me hagas daño”.
    
    Martín, repuesto de la excitación con la que le había torturado Camila se levantó de la cama, se puso de pie frente a ella y le dijo:
    
    “Ponte en el centro de la cama, abre las piernas, relájate y cierra los ojos. Voy a intentar darte todo el placer que pueda. Quiero que disfrutes”
    
    Así lo hizo y él se puso a horcajadas sobre ella.
    
    Comenzó con un prolongado beso en la boca de Camila.
    
    Después de que sus labios se separaran, Ella seguía con su boca entreabierta, sus ojos cerrados, expectante, deseosa de la iniciativa de Martín.
    
    Éste, comenzó a rozar con la punta del pene el sexo de Camila lentamente; la punta de su polla tocaba la hendidura entreabierta y rozaba a la vez los labios de la vagina. Al mismo tiempo comenzó a mimar con su lengua los pezones que estaban ya totalmente erectos.
    
    Camila, que se mantenía inmóvil, empezó a respirar más profundamente al tiempo que contoneaba las caderas y sus manos se agarraban a la almohada. El ejercicio duró unos minutos, en los que la respiración se fue haciendo más evidente, entremezclada a veces con leves gemidos.
    
    Ante la creciente excitación de Camila, Martín retiró su polla y ...
    ... comenzó a besar y mordisquear los pechos, acariciar el vientre, besar la cintura y las caderas. Camila se fue relajando y disfrutando de esas caricias mientras su sexo se abría cada vez más esperando el momento.
    
    Él fue prolongando sus besos en la parte baja del vientre, besaba y mordisqueaba todos los alrededores de su vagina, tocaba con la punta de su lengua ambas ingles, a la vez que pasaba sus manos por la parte trasera de sus muslos y con la punta del dedo acariciaba los alrededores del ano. En estos momentos, la excitación de ella creció considerablemente, los gemidos fueron aumentando en intensidad y las contorsiones de sus caderas eran más evidentes.
    
    Ella permanecía aún con los ojos cerrados y en un silencio roto solamente por los gemidos. Después de varios minutos y con la fogosidad desbocada, le dijo:
    
    -¡Fóllame!
    
    A la vez que intentó agarrar la polla de Martín para metérsela ella misma en su vagina. Él, tan excitado como ella, lo impidió cogiéndole la mano y poniéndola otra vez en la almohada.
    
    Espera, tú resistes más y yo tengo que aguantar lo más posible –dijo él.
    
    Camila, cuyas manos agarraban fuertemente la almohada, sintió ahora la lengua de Martín introduciéndose por su hendidura; comenzó a rozar el interior de su vagina ya totalmente abierta. La punta de su lengua rozaba sus húmedos interiores, y tocaba suavemente el clítoris, que se mostraba crecido, erecto.
    
    Los gemidos de Camila, ya transformados en pequeños gritos eran constantes, el movimiento ...
«1...3456»