1. Camila y Martin


    Fecha: 08/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como su vagina se iba humedeciendo: estaba considerablemente excitada.
    
    La música y la penumbra del local incitaban a las parejas a fundirse en apasionantes abrazos. Sólo se escuchaba música, susurros y jadeos.
    
    En un momento del baile Camila acercó su boca húmeda al oído de Martín y le susurró:
    
    “Quiero pedirte una cosa”.
    
    “Dime ¿qué es lo quieres?” - le contestó Martín-
    
    “Quiero follar”.
    
    A Martín le corrió un escalofrío por toda la espalda; fue tal la impresión, que le produjo un aturdiendo instantáneo. No supo contestar, pero una vez repuesto apretó más su cuerpo contra ella a la vez que, alargando sus manos, acariciaba con más fuerza sus muslos y la curva del su trasero, que a él le parecía lo más delicioso de su cuerpo. Mientras tanto Camila, deslizando su mano derecha, agarraba con fuerza, por encima del pantalón, el pene de Martín que se había endurecido considerablemente.
    
    La excitación era tal que seguían enlazados masajeándose, acariciándose, jadeando…se sentían aislados de las otras parejas que también seguían trabadas en sus juegos de amor; la luz se había hecho más tenue y sus colores cambiantes daban a la atmósfera del salón un aspecto irreal.
    
    “Vamos a continuar en la habitación -le susurró ella- allí estaremos mejor solos”
    
    Él, sin pronunciar palabra, separó trabajosamente su cuerpo del de Camila. Y agarrados de la mano, sorteando a las parejas en la penumbra, se dirigieron a la recepción del hotel a pedir la llave de su cuarto. Después se ...
    ... encaminaron a la escalera que subía a la habitación, en el segundo piso, pues a Camila no le gustaba el ascensor.
    
    Ella subía delante mientras Martín observaba agitado el sugestivo vaivén del culo de Camila subiendo los escalones. Tres veces se detuvieron en la escalera fundidos en deliciosos abrazos que mantenían sus cuerpos en una tensión arrebatadora.
    
    Entraron en la habitación. Ésta parecía dispuesta para encuentro furtivo de amantes: luces muy suaves y cálidas, profusión de espejos, una amplia cama…Tras cerrar la puerta del cuarto volvieron a fundirse en un prologado abrazo y comenzaron a acariciarse desinhibidos; él acariciaba sus pechos, sus caderas, el culo…, ella masajeaba con fuerza el sexo de Martín. Cuando la excitación de ambos iba en aumento, Camila se separó de él diciéndole:
    
    “Más despacio, tenemos que disfrutar lo más posible esta noche. Vamos a relajarnos y a ducharnos antes.
    
    Ella se introdujo en el baño y le pidió que esperara mientras se duchaba. Martín se sentó en un diván respirando hondo, intentando calmarse del ardor que lo consumía. Pasaron quince minutos que a él le parecieron cien. Al cabo Camila salió del baño.
    
    Salió desnuda, sólo llevaba puesto un pequeñísimo tanga y los zapatos de tacón alto. Él creyó desvanecerse ante la imponente y sensual figura. Se abalanzó hacia ella con un deseo feroz, pero Camila volvió a rechazarlo:
    
    “Todavía no. Dúchate ahora, yo te esperaré en la cama”.
    
    Peto comenzó a ducharse consumido por un desbocado ...
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