Camila y Martin
Fecha: 08/06/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... deseo. En la ducha pensó que debía tranquilizarse pues era conveniente alargar el tiempo del placer lo más posible. Abrió el grifo del agua fría. Permaneció bajo la ducha varios minutos y su cuerpo se fue calmando. Salió del baño más relajado pero con el pene en erección.
Camila estaba tendida en la cama, boca abajo. Él pudo apreciar las apetitosas curvas de su cuerpo, sus caderas, las suculentas líneas de su culo resaltado por el pequeño triángulo del tanga, que lo hacía aún más apetitoso, sus poderosos muslos, sus largas piernas…Se quedó absorto ante el cuerpo tan atractivo. De pronto ella se dio media vuelta y aparecieron, ante la cara sorprendida y muda de Martín sus extraordinarios senos. Él se quedó quieto. Otra vez le corrió por la espalda esa sensación de chispazo eléctrico que lo paralizó. Estaba tan excitado que no podía moverse.
Camila, con un movimiento muy erótico, se desprendió del tanga quedando así totalmente desnuda. Miraba a Martín sin decir palabra. Él se había quedado como una estatua, observándola, delante de la cama.
De pronto ella, que permanecía tendida boca arriba con las piernas flexionadas, separó ampliamente sus muslos mostrando a Martín un enorme sexo totalmente depilado. Los dos permanecían en silencio. A los dos se les notaba en sus caras los signos del arrebato.
De pronto ocurrió algo que quedaría presente en la memoria de Martín. Camila comenzó a acariciarse con una mano los labios de su sexo, lenta y suavemente los recorría de ...
... arriba abajo con las yemas de sus dedos. Respiraba pausadamente con la boca entreabierta mirando a Martín mientras su sexo se hinchaba excitado. Él observaba asombrado como los labios del sexo de Camila se iban separando mostrando un interior sonrosado, brillante, húmedo.
Martín en el delirio de la turbación que le proporcionaba aquella vista seguía de pie, inmovilizado. De forma inconsciente, cogió su pene tieso y comenzó a masturbarse. Así permanecieron los dos por un tiempo indeterminado, observándose mudos, mientras acariciaban sus respectivos sexos.
Pero llegó un momento en que Camila, sobreponiéndose a su entusiasmo, abandonó sus caricias y de un salto se puso de pie y agarrando con cierta violencia el pene de Martín y tirando de él, dijo:
“Ven, acuéstate conmigo”
En la cama se fundieron en un violento abrazo. Entre una profusión de caricias y besos, él le lamía los pechos, le chupaba los pezones, lo que arrancaba de ella risas y quejas, mientras ella le acariciaba el pene torturándolo con una delicada masturbación. El cuerpo de Martín se movía constantemente resistiendo las oleadas de deseo.
Camila, mientras lo masturbaba, acercó su boca al oído de Martín y le dijo con voz susurrante:
“Me gusta tu polla”.
Esas palabras desencadenaron aún más el deseo de Martín; su cuerpo comenzó a agitarse con unos espasmos que anunciaban el orgasmo.
“Espera, no te corras, –dijo Camila- hay que ir más despacio. Vamos a parar unos momentos”
Y apartándose de él ...