Terapia de pareja
Fecha: 19/06/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... inteligente como la de Lucía. Inmediatamente Hernán se sintió intimidado. El hombre sólo tenía dos o tres años más que él, pero con solo verlo se notaba que era mucho más seguro, e infinitamente más masculino.
El doctor hizo silencio, esperando que sean ellos los que comenzaran a hablar.
— Nuestro amigo pablo nos sugirió que vengamos a verlo —dijo Lucía.
— Ajam —asintió el doctor.
— Ya le habrá comentado algo —siguió diciendo la chica, mientras Hernán seguía sin animarse a articular palabra—. Lo que a nosotros no nos queda claro es qué tipo de terapia realiza usted.
— Con respecto a lo primero, así es — dijo el Dr. Ferrari con vos estertórea—. Su amigo me contó algo sobre ustedes, pero muy superficialmente. Además, prefiero que me lo digan ustedes mismos, así decidimos si realmente soy capaz de ayudarlos. Y con respecto a mis métodos, prefiero que vayamos descubriéndolos a lo largo de la terapia.
— Bueno. —dijo Lucía, no sin sentir cierta reticencia—, nosotros estamos saliendo hace dos años. Nos llevamos bien, y nos amamos. Pero desde hace seis meses que estamos teniendo problemas en la cama.
— ¿Qué tipo de problemas?
— Tengo eyaculación precoz, e impotencia— Dijo, Hernán, no porque quisiera decirlo, sino porque no hubiese soportado escucharlo de los labios de lucía.
— Muy bien —dijo el doctor, impasible—. Imagino que ya vieron a un urólogo.
— A tres —dijo ella, al ver que su novio había agachado la cabeza después de su confesión—. Y a dos ...
... psicólogos. Ninguno nos dio una solución, por eso acudimos a usted.
— Una decisión radical —dijo el doctor, observando cómo la pareja intercambiaba miradas de intriga—. Imagino que lo habrán charlado mucho, antes de venir acá.
— Así es. Pablo nos dijo que utiliza métodos pocos convencionales, pero muy efectivos.
El doctor miró a la pareja, ignorando el último comentario. En realidad, ya había leído sus personalidades desde que entraron a la oficina. El muchacho se sentía muy poco hombre al lado de ella. De eso no cabía duda. Con solo mirar sus vestimentas se daba cuenta de que ella estaba acostumbrada a un estilo de vida que él no podía darle. Y luego estaba el problema de la belleza de ambos. Era muy despareja. A simple vista podían parecer una pareja compatible, pero mientras él, sin ser poco atractivo, era muy corriente, ella era sumamente sensual. En una primera ojeada podría parecer una chica común, igual que su novio, y probablemente por eso él se había animado a conquistarla. Pero Lucía era de esas mujeres que tenían el tipo de belleza más peligrosa que había, esto es, la belleza sutil. Una belleza enmascarada en ropas sueltas y actitud cordial. Una belleza para nada despampanante, sino más bien, humilde. Lucía era de esas chicas que, con ponerse un par de prendas sugerentes, y maquillarse un poco, cambiaba de apariencia de manera radical. Y lo que hacía más difícil conservar a mujeres como ella, era que, a diferencia de las que tienen una belleza obvia, que ...