1. Diana es puro fuego


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Manuman, Fuente: CuentoRelatos

    Diana era la recepcionista en una empresa donde trabajé durante mucho tiempo. Se trata de una chica sumamente linda, de 22 años entonces, poseedora de unos ojos verdes terriblemente hermosos, que se notaban grandes y luminosos en su carita ovalada. Solía acomodar su cabello castaño en una coleta, como si supiera que de tal modo destacaba la belleza de sus facciones. Su sonrisa y sus labios carnosos, competían en perfección con sus grandes y hermosos senos, sobre todo cuando aquella preciosidad de mujer usaba alguna blusa pegada a su figura, o uno de esos escotes que dejaban sin aliento a todo el mundo.
    
    Diana no era del tipo de mujer delgada; digo, para nada era gorda, pero aunque no era flaquita ¡Dios! ¡Qué rico se marcaba la curva de su cintura! Y ni se diga el volumen de su culo… ¡Vaya ricura de culito que se cargaba! Sus nalgas se notaban firmes y deliciosas bajo la falda de oficinista y ni qué decir de lo bien que le quedaban los jeans súper sexys que usaba los viernes, que era cuando teníamos permiso en la oficina de “vestir casual”. Seguramente yo no era el único que “le jalaba el pescuezo al ganso” en los baños, inspirado por el voluptuoso cuerpo de Dianita, o al menos eso pienso para sentirme menos culpable por todas las veces que tenía que encerrarme en el baño para desfogar la excitación que experimentaba al verla, sobre todo, durante las juntas de trabajo de cada fin de mes, a las que Diana entraba en calidad de asistente del director.
    
    Una noche, al final ...
    ... de una de esas reuniones, me quedé platicando con Rogelio, un tipo engreído y mamón a más no poder, que para colmo, era el gerente de ventas. Me había pedido afinar algunos detalles para unos anuncios y como yo era el encargado del departamento de diseño y estábamos por lanzar una nueva campaña, no tuve más opción que quedarme para atenderlo.
    
    Luego de soportar a Rogelio durante largos minutos, salí de la sala de juntas para tomar el ascensor. Pulsé desesperadamente los botones del aparato tratando inútilmente de acelerar su llegada y así librarme lo antes posible del insoportable gerente de ventas.
    
    Cuando por fin se abrieron las puertas, me llevé una grata sorpresa al encontrarme con Diana, que con su adorable amabilidad, tan característica en ella, me saludó y de inmediato empezamos a platicar.
    
    No es muy frecuente encontrarse a una mujer tan guapa y que al mismo tiempo sea tan amigable. Al menos en mi experiencia, casi todas las chicas que pudieran ser más lindas que el promedio, tienden a ser bastante creídas y se sienten inalcanzables. Diana era todo lo contrario, comenzamos a bromear y a preguntarnos tonterías, así que me animé a “lanzarme con todo”.
    
    —Oye, iré por una cerveza al bar de aquí a la vuelta —Le dije, procurando mirarla a los ojos y no a la tentadora abertura de los botones superiores de su blusa— ¿Quieres ir conmigo? —Pregunté, sin guardar mucha esperanza. Pero al menos quería intentarlo.
    
    —¿Contigo y con quién más? —Preguntó Diana, como dando a ...
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