Secuestrada y obligada a prostituirme
Fecha: 24/06/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... desmayarme o volverme loca, se los juro que nunca me había pasado eso; me quedé estática, quería sentirlo completamente dentro de mí lo más posible; me sentía empalada y completamente abierta al mismo tiempo.
Y entonces empezó la danza: me tomó de las caderas y con mucha facilidad, me levantó casi 30 centímetros en el aire, dejando solo esa cabeza gorda de su pene en mi interior, y entonces, sin ningún aviso, me dejó caer de nuevo sobre su verga… “¡oh mierda!... ¡qué es esto!” El mazo de carne entró como un proyectil en mi culito. “¡Oh, oh, oh!!!” Y lo volvió a repetir, dos, tres, cuatro veces. Era un verdadero animal. No tenía piedad con mi pussy; mi hueco estaba completamente abierto. Imagínate un cilindro de casi diez centímetros de grosor, entrando una y otra vez en el ano. ¡Fue maravilloso y delicioso! Una tortura pero de puro placer.
Les juro que por un momento estuve a punto de realmente desmayarme. Creí que en cualquier momento esa verga de caballo saldría por mi boca.
Luego me arrastró al colchón (sin sacar la verga de mi interior), me puso en cuatro y siguió perforando sin piedad; mis piernas temblaban, mi espalda se arqueaba más y más, trataba de abrir mis piernas lo más posible…”¡mételo, mételo más, más, más!!” le gritaba como una loca. Era una verdadera violación brutal.
Cuando ya parecía venirse, sacó su mazo, me volteó boca arriba y se arrodilló delante de mi cara. ¿Qué piensa hacer este? Pensé. Masajeaba su pene con frenesí y de pronto, y sin ...
... aviso, una explosión de esperma caliente empezó a inundar mi rostro. “¡¡ oh dios, oh dios... sí mi amor, dámelo dámelo!!!” gemí. La leche seguía saliendo sin parar... mi cara se empezó a cubrir de una capa como un glaseado pegajoso... traté de tragar todo lo posible, ese delicioso semen salado. No sé cuánta leche lanzó, pero suficiente como para cubrir cada centímetro de mi rostro; antes que pudiera terminarla, me puse de rodillas y traté de meterme esa verga a la boca para poder tragarme las últimas gotas de su elixir. Mientras eso pasaba, el resto de esperma chorreaba por mi pecho. Y así, sin más palabras, lanzó un par de billetes y salió desnudo del cuarto. Yo me sentía en el cielo. No pasaron unos minutos y nuevamente me trajeron ese trago para reanimarme.
Tenía casi medio día que cumplir aún. En el transcurso de ese tiempo pasó de todo: desde novatos tímidos que nunca habían estado con una trans, hasta cosas más extremas, desde el tipo que solo quería hacer fisting - meter ambos brazos en mi culito expandido, a otra en que un grupo de cinco tipos me cogieron en grupo, llegando a meterme tres vergas en el culo al mismo tiempo y que también terminaron bañándome por completo de esperma caliente.
Perdí por completo la noción del tiempo; sólo veía hombres entrar y salir, no solo de mi cuarto, sino de mi cuerpo; y entre uno y otro, un trago más para reponerme. De paso, mi bolsa de dinero iba creciendo.
Cuando ya parecía que “acababa mi turno” apareció la rubia tetona y me ...