Solo una cliente.. o no...
Fecha: 30/06/2022,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Patricia tengo 29 años, soy abogada, me gradué muy joven, siempre he tenido una vida tranquila, cómo cualquiera debería tenerla, una carrera, trabajo y miras de tener una familia. En estos momentos estoy comprometida en matrimonio con el hombre más maravilloso del mundo, pero algo que siempre he tenido en mi interior y que me atormenta todos los días son esas ganas desenfrenadas de probar por primera vez el sexo lésbico, la sola idea me exita y me llena de lujuria.
Una semana como cualquiera en mi despacho, recibo una llamada un poco extraña.
- hola buenos días, mi nombre es Tatiana, hablo con la licenciada Contreras?
- si con ella habla, en qué puedo ayudarla?
- Necesito su ayuda con urgencia, mi marido me está demandando y quiere quitarme la empresa por la que tanto e trabajado, cuando podríamos vernos?
- claro que puedo ayudarla. venga está tarde a mi oficina y podemos hablar tranquilamente.
Quedé muy intrigada con la llamada porque normalmente mis clientes llaman directamente a la oficina pero no me pareció extraño, seguramente algún conocido le facilito mi número, seguí trabajando como si nada hasta la hora del encuentro que cambiaría mi vida por completo.
A las horas de la tarde luego de un café y un cigarrillo con mi asistente sentí una aroma distinto en la habitación, cómo el ambiente había cambiado y la vi entrar a mi despacho. Una mujer alta, delgada con unos senos perfectos, un poco pequeños pero una forma hermosa, tenía una falda ...
... ajustada hasta sus rodillas y una blusa dorada con un escote un poco más que revelador. Su cabello dorado hasta la mitad de su espalda, sus ojos azules y unos labios hermoso y sensuales.
-Buenas tardes licenciada, mi nombre es Tatiana, hablamos está mañana. Dice ella con su mejor sonrisa y tiende su mano hacia mi.
Quedé completamente helada, jamás alguna mujer me había dejado aturdida de esa manera, solo el tacto con su piel fue una corriente que paso directo a mi entrepierna.
-buenas tardes, es una placer conocerte, ponte cómoda, toma asiento y dime en qué puedo ayudarte. Trate de sonar lo más tranquila posible pero sin lograr despegar mis ojos de sus redondos y jugosos labios.
Ella cuidadosamente explico si caso y aunque trataba de disimularlo podía sentirse la tencion entre ambas, ella me miraba de arriba a abajo, no es por nada pero yo tampoco estoy nada mál, mido 1.60, tengo un buen y definido trasero, mis senos son grandes y tienden a salir un poco de mis camisas por más que intento taparlos, mi cabello es negro corto en mi hombro, mi piel es muy blanca y amo tener mis labios de un rojo carmesí.
A medida que iba pasando la tarde quise descansar un poco del problema y para sentirnos un poco más cómodas ofrecí a servir un trago, acostumbro a tener un poco de whisky en mi oficina para aliviar la tensión.
Después de hablar y hablar sobre nuestras parejas y su divorcio, los tragos ya estaban haciendo algo de efecto y ya era bien entrada la noche, empezamos ...