Marisa quiere estar embarazada
Fecha: 03/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Quiero suponer que antes de iniciar el relato acerca de las manías de mi mujer es necesario que conozcáis algo sobre nosotros: mi nombre es Juan, 29 años, estatura 1,80, cuerpo regularcillo con algo de barriga, la verdad, gracias a las exquisitas cenas que Marisa prepara cada noche para su amorcito, o sea yo. Ella, Marisa, es mi mujer, claro, la que me mima con sus cenas, aunque sus mimos no acababan con las cenas iban más allá; hacíamos la digestión revolcándonos en la cama presos de una pasión sexual que se repetía cada noche.
Marisa es una chica con cuerpo de infarto: 25 años, pelo castaño claro con una melena que descansa sobre los hombros, ojos verdes, labios gruesos en forma de corazón, pechos del tamaño de melocotones grandes y duros de esos que invitan a morderlos, aunque no te quepan en la boca, pero sí los pezones rosados y sensibles. Culo y muslos muy, muy tentadores que a ella le gusta resaltar vistiendo minifaldas, para mi disgusto, porque los tíos empezaban el repaso del cuerpo de mi mujer justo ahí: en el culo. Para terminar la descripción de Marisa, solo me queda decir que sus encantos, lo contiene un cuerpo pequeño, escasamente 1,60 de estatura.
- Juan, tenemos que hablar. Hace justo un mes dejé de tomar la píldora.
- ¿Y?
-Esta tarde me ha bajado la regla.
-¡Joder Marisa!, acordamos que de momento no íbamos a tener críos, que disfrutaríamos hasta que cumplieses los 30.
- ¿Y no te hago disfrutar cada noche? – ladeó la cabeza – Igual te haré ...
... disfrutar con un bebé en la cuna. ¡ Quiero que me preñes !.
-Pues no es mi culpa si no te quedas preñada, cielo. Yo cumplo cada noche, como es mi obligación.
-Quizá ahí reside el problema, Juan. Tú te limitas a “cumplir” y muchas noches te noto desganado, apenas sueltas unas gotitas de esperma en la vagina. ¿Qué puedo hacer para que recuperes la energía de antaño y te corras dos o tres veces inundándome de leche?
-Marisa, esto es lo normal en un matrimonio. Ya hace tres años que nos casamos y la pasión va menguando ...
-Estoy dispuesta a esperar un mes más, hasta la siguiente menstruación – me miró con los ojos entrecerrados – pero si tú no eres capaz de hacerme madre, tendremos que ir pensando en otra alternativa.
A partir de esa noche las cosas se pusieron difíciles entre los dos. Tras cenar ella corría al dormitorio esperándome desnuda sobre la cama abierta de piernas, pero yo, tal vez debido al cansancio del trabajo y de la tensión creada entre nosotros, aún esforzándome me era difícil conseguir que se me pusiese dura y eso que mi mujer se encargaba en variar sus posturas, meterse la polla en la boca relamiéndola. Pero ni así; mi miembro cada vez estaba más lacio.
El sábado quedamos para comer con mi hermano Berto, como era habitual. Berto, además de hermano, es el mejor amigo con el que siempre comparto mis alegrías, mis inquietudes. Nos reunimos en el restaurante de siempre, Marisa preciosa riendo por cualquier cosa porque Berto le caía súper bien, de ...